PRENSA

Discurso del nuevo titular de la DAIA, Aldo Donzis en el acto de asunción

Gracias, buenas noches, Sr. jefe de la Ciudad de Buenos Aires; miembros de la Legislatura porteña; Sr. embajador del Estado de Israel; Sres. embajadores presentes; Gran Rabino de la comunidad, Shlomó Ben Hamú; director del Congreso Judío Latinoamericano, Prof. Manuel Tenenbaum; compañeros; miembros; presidentes de las instituciones centrales; presidentes y dirigentes de las instituciones judías de la comunidad; ex presidentes de la DAIA presentes; embajadores de distintos países que están aquí presentes, Consejo Directivo saliente.
Me es difícil hablar después de tantas palabras que he escuchado, pero si me permito como quienes han hablado anteriormente, que luego de haber visto la proyección de la última gestión de la DAIA, vale un reconocimiento público por aquella gestión, donde soy consciente que han tenido que timonear en momentos de gran tempestad, no solamente por toda la gestión que uno puede ver, sino por todas aquellas cosas que uno sabe dentro de la comunidad que fue difícil, muy difícil manejar. Así que vale mi reconocimiento público a toda la gestión anterior.
Quisiera compartir con ustedes por lo menos como es que llegamos hoy acá.
Hemos recorrido durante los últimos cuatro o cinco meses una intensa actividad muy gratificante, pero también muy intensa.
Hemos recorrido un camino en donde hemos presentado a la instituciones, a las comisiones directivas, a la comunidad, un proyecto basado esencialmente en un modelo de gestión cuyos pilares eran la dignidad, los principios inquebrantables del pensamiento judío y, por sobre todas las cosas, un trabajo compartido en equipo de lo que entendemos hoy, debe ser la conducción que lidera la alta institución de la comunidad judía.
En este contexto hemos llegado al día de las elecciones, a una asamblea donde los dirigentes de las instituciones iban a la asamblea a votar sabiendo qué iban a votar.
Hemos mostrado durante esos meses un camino donde se puede transitar una política distinta, un modelo de conducción distinto, donde, incluso en momentos de campaña electoral, uno puede mostrar conductas de funcionamiento, conductas democráticas y posturas políticas.
Yo he hablado permanentemente con todo mi equipo de trabajo, donde les planteaba “probablemente no podamos alcanzar una victoria electoral, pero ya hemos tenido la victoria política”, y era la que nos habíamos propuesto.
Era poder comenzar un camino distinto, un camino de cambio, una conducción totalmente distinta, donde podamos manejarnos con otros principios, donde podamos rescatar otros valores, donde podamos rescatar el debate, la discusión, donde poder propone ideas.
Y en este contexto fue la asamblea donde se eligió un proyecto. Pero no solamente se eligió un proyecto y alguien que la conduzca, sino que, quiero resignificar algo que para mí fue muy importante, sé que muchas instituciones, muchos movimientos y muchos actores políticos de la comunidad han resignado ocupar cargos importantes en la nueva conducción de la DAIA, privilegiando elegir dirigentes que hayan estado consubstanciados con estos proyectos, que hayan estado imbuidos y que estén en sintonía con este proyecto nuevo de gestión.
Lo quiero resignificar porque fue bajo estos estatutos que fueron tan criticados y que son perfectibles, por supuesto, y que van a someterse seguramente a alguna renovación.
Pero es con este estatuto que, a pesar de todo, con las dificultades de tener que votar cargo por cargo, se ha privilegiado elegir un grupo de gente para regir los destinos de la institución, con un proyecto que todos conocían.
Los que estamos en esta tarea dirigencial, sabemos que un resultado electoral no es el final del camino, sino todo lo contrario. Es el comienzo, es transitar, es tomar el desafío de poner en práctica todo aquello que hemos postulado durante la campaña.
En esto ya estamos trabajando, en realidad estamos armando algunos departamentos nuevos. Estamos tratando de dotar a la institución, más allá de lo que la institución ya tiene después de setenta años. De armar un organigrama superior, mucho más sofisticado, que esté en condiciones de atender, como bien dijeron antes, las emergencias y las situaciones y aquellos nubarrones que también han descrito quienes antecedieron a mi palabra.
Que estemos en condiciones de tener una DAIA políticamente organizada y que siga siendo como lo fue siempre, una institución política por excelencia dentro del marco de las ONG.
Decíamos, en uno de los postulados de nuestro proyecto, que la DAIA debe ser en forma permanente una acción conjunta de fuerzas y voluntades.
En este sentido ya lo hemos comenzado; estamos dispuestos a entrar en contacto nuevamente, reformulando los circuitos y canales de comunicación con todas las entidades representativas para poder reformular nuevamente y consolidar la representación para que las acciones políticas sean eficaces.
Hemos incorporado además que un vicepresidente del Interior del Consejo Federal forma parte del Consejo Directivo. Hemos incorporado miembros al Ejecutivo de la institución representando las filiales del Interior, para mostrar esta imagen a la comunidad de que la DAIA no es solamente de Buenos Aires y que representa a los judíos de Buenos Aires, sino que representa a todas las comunidades judías del Interior, siendo como tal, como somos, el pueblo judío.
Y transitaremos también con los compañeros y las entidades centrales una etapa de trabajo mancomunado, donde todo el Consejo Directivo que asume estamos completamente decididos a potenciar nuestras capacidades, a potenciar nuestras competencias, renunciando a los intereses particulares y privilegiando el bien común y el bien de la comunidad.
Alzaremos nuestras voces enfáticamente en contra de cualquier acción de discriminación y de antisemitismo.
Nos pondremos también de pie para aplaudir todas aquellas acciones que, como por ejemplo, la justicia argentina haya tomado la valiente decisión en este dictamen de señalar al grupo terrorista Hezbollah y al ex funcionario de Irán como responsables de los atentados terroristas en Buenos Aires.
Elevaremos nuestra voz también enérgicamente en defensa del Estado de Israel, de su defensa, y su derecho a la existencia enfáticamente. Y también nos pondremos de pie para aplaudir todas aquellas acciones del Gobierno Nacional que tiendan a esclarecer los atentados terroristas en Buenos Aires, que no claudicaremos jamás en encontrar la verdad.
Alzaremos nuestra voz enérgicamente, defendiendo los postulados de la democracia y del pluralismo en la sociedad argentina. Y nos pondremos también de pie, acompañando todas aquellas acciones que propendan a mantener intactos los valores de los Derechos Humanos.
La comunidad judía encontrará en la DAIA oídos para atender sus quejas, sus problemas, sus denuncias, sus necesidades. Y también encontrarán este brazo fuerte para mantener y defender la dignidad y los intereses de la comunidad, levantando la bandera de los principios y de los valores. Aquellos principios y valores que el judaísmo dio a la humanidad toda.
Y el Gobierno Nacional encontrará en la DAIA un aliado, un fuerte aliado en todas las acciones en contra de la discriminación, la xenofobia y del antisemitismo, en todas sus versiones, cualquiera sean las víctimas circunstanciales. Y encontrará además un aliado incondicional en todas aquellas acciones de gobierno que, como todas las naciones democráticas civilizadas del mundo, se manifiesten en contra del terrorismo, para no tener que vivir nunca más el flagelo del terrorismo internacional en nuestro país.
No puedo dejar de agradecer a todo el equipo de trabajo que en algún momento pensó o vio en mi alguien con el perfil para conducir un proceso de cambio. Todos quienes han soportado, durante los meses muy intensos y de muchas peleas y de muchas presiones, haberme visto de una forma inflexible con los principios comunitarios. Quiero agradecer a todos los que se han acercado y han compartido con nosotros el proyecto y hoy ocupan cargos en el Consejo Directivo.
Quiero agradecer a todas las instituciones que valientemente también se han pronunciado durante la campaña apoyando un proyecto, el cual han entendido y se han sumado y hasta han incluso corregido y me han discutido, y han discutido no solo a mí sino también el proyecto.
Quiero agradecer también a mis amigos de toda la vida, que estoy seguro que hoy sienten orgullo.
Y quiero agradecer, para terminar, a mi familia, a quienes durante mis treinta años de dirigencia comunitaria han dado anónimamente a la comunidad las horas tan caras familiares y que solamente con el pensamiento de decir, si alguien tiene algo que dar a la comunidad lo tiene que dar. En este momento, sin su ayuda y sin su apoyo hubiera sido imposible.
Este agradecimiento va también a todas las familias de todos los dirigentes que dan sus horas, sus horas de familia, voluntariamente, a sabiendas de que vamos a ser duramente criticados.
Gracias a todos, el éxito de esta gestión no va a ser un éxito individual, sino que, con el apoyo de todos, va a ser un éxito seguramente de toda la comunidad.
Gracias, gracias a todos por el apoyo.