Un nuevo cortocircuito diplomático provocó un recrudecimiento de la tensión entre Buenos Aires y Teherán. El gobierno de Irán denunció ayer que encontró una serie de objetos antiguos de alto valor, presuntamente clandestinos, en un contenedor perteneciente a un diplomático argentino que había concluido su servicio en el país.
Desde la Cancillería, que conduce Jorge Taiana, dijeron ayer a LA NACION que el caso es investigado desde mayo último y que desde entonces se espera, sin éxito, el resultado de la pesquisa. El Palacio San Martín indicó, de todos modos, que la ventilación pública del episodio por parte del gobierno de Mahmoud Ahmadinejad, ayer, tiene una intencionalidad política y se inscribe en la disputa abierta con la Argentina por la causa AMIA.
El diplomático cuyo contenedor fue demorado se llama Sebastián Zavala y fue el encargado de la sección consular de la embajada en Teherán durante 8 años. Es un funcionario de carrera que asistía al encargado de negocios, Mario Quinteros, máximo representante ante el gobierno de Ahmadinejad.
«Se hallaron varios artefactos antiguos en este embarque, como monedas, manuscritos y armamento´´, dijo Hasan Qashqavi, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, según la agencia noticiosa iraní IRNA.
«Condenamos esta conducta y esperamos los resultados de la investigación», añadió Qashqavi.
El punto máximo de la tensión bilateral fue la semana última, cuando la presidenta Cristina Kirchner cuestionó en las Naciones Unidas la administración de Ahmadinejad y la acusó de no colaborar para esclarecer el atentado.
Antes, la tensión había subido como consecuencia de la decisión de Irán de designar como ministro de Defensa a Ahmad Vahidi, acusado por el atentado contra la AMIA.