La posibilidad de que un tercer país enriquezca uranio para un reactor nuclear de investigación en Irán comienza a tomar cuerpo. Y ahora la Argentina aparece como uno de los actores que podrían intervenir en ese proceso, fabricando el combustible nuclear que se usaría luego en la República Islámica, según una versión que deslizó ayer una fuente del gobierno ruso y que no fue descartada aquí.
Aunque por ahora no hay información oficial sobre el tema, pues no ha llegado ningún pedido al país, fuentes oficiales consultadas por Clarín no desecharon esa posibilidad, en caso de que lo pida la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), ya que «la Argentina está en condiciones técnicas de asistir a ese organismo, si este proyecto sigue adelante».
Las fuentes aclararon de todos modos que una eventual participación argentina estaría encuadrada dentro de un plan de la AIEA, un organismo de la ONU con el que el país colabora. No se trataría de un vínculo directo con Teherán. «La cooperación argentina con Irán en temas nucleares se cortó en la década del 90, cuando la política exterior se alineó más con Estados Unidos», explicaron. Además, señalaron que «la decisión de que el combustible se fabrique aquí no es automática. Antes deben hacerse consultas con otros países».
Mientras en Ginebra las seis potencias que negocian con Teherán el polémico programa atómico iraní avanzaban ayer en el diálogo con el país persa (ver pág. 29), Rusia y Francia anunciaron que son favorables a la idea de enriquecer uranio para un reactor nuclear de investigación en Irán.
La República islámica propuso a las grandes potencias -que sospechan que su programa atómico persigue la fabricación de armas atómicas- que otro país enriquezca su uranio débilmente enriquecido al nivel requerido para alimentar a su reactor, y usarlo básicamente en el sector médico. Así, busca recuperar la confianza internacional y demostrar que sus aspiraciones tienen fines civiles.
«Es para su reactor de investigación, y hemos dado una respuesta más bien positiva. Los rusos también», declaró a la prensa el canciller francés, Bernard Kouchner, al terminar un consejo franco-ruso de seguridad en Moscú.
Una fuente rusa «vinculada a las conversaciones» sobre este tema dijo a las agencias locales que su país tiene una posición similar. «Rusia podría tomar el uranio iraní débilmente enriquecido, enriquecerlo y luego transmitirlo a Francia o Argentina, que pueden ocuparse del ensamblaje (la fabricación de pastillas de combustible) para el reactor de investigación» de Irán, detalló. «Actualmente a Irán se le está acabando el combustible nuclear en los reactores de investigación y se ha dirigido a la AIEA para que le sea suministrado el combustible bajo su supervisión. Si la AIEA se dirige a nosotros, estamos dispuestos a recibir ese uranio y a enriquecerlo más», agregó la fuente, según citó la agencia Interfax. «Esta idea es atractiva, el proyecto está (en estudio) bajo la égida de la AIEA, que lleva a cabo las negociaciones necesarias», estimó el funcionario ruso, y detalló que el enriquecimiento del uranio no sobrepasaría el nivel del 19,75%, lo permitido por la Agencia.
Las fuentes oficiales argentinas que hablaron con este diario señalaron que «al parecer los nombres de Argentina y Francia se mencionan porque son dos países con condiciones técnicas de hacerlo. De hecho, la Argentina ya ha vendido al exterior otros reactores nucleares, para investigación por ejemplo en temas médicos».
El físico Héctor Otheguy, gerente general de la empresa INVAP, que trabajó en cooperación con la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), explicó que «el uranio enriquecido es la materia prima para hacer elementos combustibles. Aquí, la CNEA ha fabricado los combustibles para reactores de investigación de otros países, como Perú o Egipto. Técnicamente, la Argentina tiene la capacidad para hacerlo. Es un proceso de cierta complejidad pero que aquí se domina».