El presidente del gobierno español declaró en Israel que es «inaceptable cualquier pronunciamiento o escrito de alguien que niegue el Holocausto que es la página más inhumana de la historia y la más bochornosa de la condición del ser humano».
José Luis Rodríguez Zapatero, que compartía tribuna con el premier israelí Benjamín Netanyahu, respondió así a un periodista local que le preguntó su opinión por el artículo negacionista escrito por César Augusto Asencio, sustituto en la secretaría general del Partido Popular valenciano del defenestrado Ricardo Costa.
«El asesinato de seis millones de judíos representa un dolor para la humanidad que durara siempre. Cualquier rasgo de antisemitismo es absolutamente inaceptable, moralmente despreciable», señaló.
En su declaración a los periodistas, Zapatero señaló que en España «ha habido una huella antisemita» aludiendo a la dictadura de Francisco Franco, «un régimen autoritario que siempre hablaba de conspiración judeo-masónica.»
Añadió que «la España democrática está con la memoria del Holocausto, que es solidaria con el sufrimiento que tuvo el pueblo judío»
Zapatero, que está en gira por Oriente Medio, había visitado el museo del Holocausto (Yad Vashem) y se mostró «profundamente conmovido» cuando salió tocado con la «kipá» o «yarmulke» judía. En la firma del libro de dedicatorias el líder socialista escribió: «Seis millones. Seis millones. Barbarie, dolor, memoria. Paz. Paz. Con mi afecto al pueblo judío y con mi amistad a Israel».
Ante el revuelo que se produjo cuando se tuvo conocimiento del artículo publicado por Asencio en 1979, el dirigente conservador precisó que había sido un «error de juventud» y que ya se había disculpado.
Muy dura, la vocero de Compromis en las Corts, Mónica Oltra, declaró que «el PP no puede permitirse el lujo de tener un canalla como secretario general. No acepto sus disculpas».
El dirigente socialista José Camarasa calificó el episodio de «vergonzoso e inaceptable» y dijo que «no se trata de un sarpullido de juventud, sino de un sarpullido de neofascismo».