PRENSA

La Legislatura dio su homenaje al rabino Meyer, un hombre que desafió al Proceso

La Legislatura porteña declaró de Interés Cultural de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires del libro «Marshall T. Meyer – El Hombre – Un Rabino «, de Mariela Volcovich. Por una iniciativa del diputado del PRO Enzo Pagani coincidieron en la Legislatura la titular de abuelas Estela de Carlotto y la dirigente Graciela Fernández Meijide para recordar la trayectoria del tan destacado defensor de los derechos humanos.

Junto a Pagani, expusieron Aldo Etchegoyen, Obispo de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina y presidente de Asamblea Permanente por los Derechos Humanos; el rabino Felipe Yafe, ex rector Seminario Rabínico Latinoamericano; y Mariela Volcovich, autora del libro.

Entre los invitados se hicieron presentes, además, Rosa Roesenbilt, vicepresidente de Abuelas; el agregado cultural de la Embajada de Israel, Leo Vinovethky; el coordinador de Relaciones Interinstitucionales de la DAIA, Alberto Hammerschlag; autoridades de la AMIA y demás representantes de la comunidad judía.

En su discurso, el diputado Pagani, autor del proyecto, parafraseó al rabino Marshall diciendo que «lo difícil es cumplir el mandamiento ’Amarás a tu prójimo como a ti mismo ‘, ¿Qué pasa cuando el prójimo me disgusta enormemente, o cuando es la madre de un desaparecido y en tiempos de la dictadura no me conviene acercarme?». A lo que agregó: «cuánta enseñanza y cuánto correlato con una realidad que nos sigue mostrando autoritarios, sin poder aún hacer carne en la Argentina los valores esenciales de la democracia que supimos recuperar».

«Los derechos humanos no son progresistas, conservadores o liberales.
No son judíos, cristianos o musulmanes.
Ni de primer o tercer mundo.
Son derechos humanos, son esencialmente del hombre y para el hombre», señaló..

TRAYECTORIA. Marshall Theodore Meyer nació en Brooklyn, Estados Unidos, en 1930 y se crió en Norwich, Connecticut. Cursó estudios universitarios en Darmouth hasta 1952, mientras que en forma simultánea ingresó en 1948 a la escuela rabínica del Jewish Theological Seminary of America de donde obtuvo su ordenación.

En 1959, Marshall aceptó el ofrecimiento de dirigir la rama juvenil de la CIRA – Comunidad Israelita de la República Argentina – y se trasladó junto a su esposa a la Argentina donde nacieron sus tres hijos. Vivió en nuestro país por 25 años donde se destacó públicamente por su compromiso en la defensa de los derechos humanos.

Fue miembro de la APDH y co-fundador del Movimiento Judío por los Derechos Humanos, desde donde luchó incansablemente contra la dictadura militar. Clamó por justicia y por el fin de todos los vejámenes cometidos durante ese largo y nefasto período de la historia argentina exigiendo la aparición con vida de los desaparecidos. Con el retorno de la democracia, en 1984, fue nombrado el único miembro extranjero de la CONADEP. El documento final que produjo aquella comisión se llamó «NUNCA MAS», nombre puesto por el rabino Marshall Meyer en memoria del grito de liberación durante el levantamiento del Gheto de Varsovia.

Recibió varios premios destacados por distintas organizaciones de Derechos Humanos, entre ellos la medalla de la «Orden del Libertador Gral. San Martin», máxima condecoración que se le entrega a un extranjero en nuestro país. En 1984 retornó a los Estados Unidos. Murió en su país natal el 29 de diciembre de 1993.