PRENSA

Reclamos de Amnistía por los derechos humanos

En el Día Internacional de los Derechos Humanos, Amnistía Internacional llamó ayer la atención sobre las violaciones que persisten en la Argentina. Tres ejes resaltan de una lista extensa: violencia de género, discriminación a los pueblos indígenas y malos tratos en las cárceles. “Y que haya millones de personas sin acceso a la salud, la educación y una vivienda digna es una falla tremenda en el cumplimiento de la obligaciones del Estado”, recordó a este diario Rafael Barca, director ejecutivo en la Argentina de la mencionada organización.

En 2008, una mujer fue asesinada por su pareja, ex pareja o algún miembro de la familia cada tres días. Los datos surgen de un monitoreo sobre 11 medios nacionales, con lo cual no se contaron las muertes que no terminan en los diarios. Este año, el Congreso aprobó una ley contra la violencia de género, pero aún está sin reglamentar. “El cáncer de las cárceles” es –para Barca– una combinación explosiva de hacinamiento, mala alimentación, imposibilidad de acceder a la salud, castigos y torturas. “El ex presidente Kirchner lo reconoció como una deuda de la democracia”, recuerda. Este año, Amnistía presentó a los legisladores un mecanismo de inspección avalado por la ONU: la visita de expertos independientes a las unidades.

Barca remarcó una tercera deuda: con los pueblos indígenas. “Desde hace tiempo, tienen sus derechos internacionales consagrados, pero el Estado argentino falla una y otra vez en lo más básico: la protección de su tierra, el acceso a la salud, la educación y la comida”. El director de Amnistía recuerda un hecho contundente en Tucumán: el 12 de octubre, el líder indígena Javier Chocobar fue asesinado y otras tres personas resultaron heridas de bala. Resistían a que dinamitaran sus tierras.

Ante las críticas que recibe el kirchnerismo por privilegiar determinadas áreas de los derechos humanos, Barca fue claro. Por un lado: “No se puede pedir que se respeten los derechos del presente sin investigar las violaciones del pasado”. Por el otro, “sólo con un mayor respeto a todos los derechos conseguiremos una sociedad estable, en paz y con perspectivas de futuro”.