En los últimos días comenzó a correr por Washington un rumor: «Obama recibirá a Cristina Kirchner en la Casa Blanca en abril, en el marco de la Cumbre sobre Seguridad nuclear a la que ha sido invitada especialmente por el gobierno de EE.UU.» Si bien no hay nada confirmado oficialmente, existe un factor que favorece objetivamente el primer encuentro bilateral entre ambos. Argentina está muy bien posicionada en Washington en relación al tema de la seguridad nuclear. En el Departamento de Estado se aprecia mucho la posición del Gobierno con respecto a Irán, fundamentalmente el pedido de captura internacional de varios iraníes acusados de organizar el atentado contra la Amia y el voto argentino en contra de Irán en la ONU por su programa nuclear. Uno de los grandes temores en el Departamento de Estado es que un día Irán tenga armas nucleares y las ponga en manos de terroristas.
El objetivo de la Cumbre de abril es analizar cómo coordinar mejor una respuesta multilateral al peligro nuclear. Han sido invitados 40 países. En este tema Argentina es para EE.UU. un aliado más fiable que Brasil. La entrevista de Lula con el Presidente iraní y su abstención en la votación de la ONU creo tensiones en Washington.
El problema es que la turbulencia generada en la relación bilateral por el viaje del Subsecretario de estado para asuntos hemisféricos, Arturo Valenzuela, en diciembre pasado todavía no se ha disipado.
Cristina Kirchner decidió no recibir a Valenzuela. El gesto no cayó bien en Washington. Y las declaraciones que hizo Valenzuela a la salida de una reunión con empresarios, sobre la falta de seguridad jurídica en la Argentina, cayeron mal en Buenos Aires. «Este señor que se llama Arturo Valenzuela, tuvo la falta de respeto de venir a la Argentina a decir que no había seguridad jurídica: Es lamentable», dijo entonces Néstor Kirchner. «La única inseguridad jurídica la han hecho ellos», añadió.