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Irán construye otras dos plantas nucleares

Irán subió ayer la apuesta en su conflicto con Occidente al anunciar su intención de empezar a construir en los próximos meses dos nuevas plantas de enriquecimiento de uranio, que disimulará en zonas montañosas para evitar posibles ataques aéreos.
El jefe de la Organización Iraní de Energía Atómica, Ali Akbar Salehi, hizo el anuncio poco después de que el comandante de las fuerzas norteamericanas en Irak y Afganistán, el general David Petraeus, dijera que Estados Unidos aplicará de ahora en adelante la «vía de la presión» para evitar que Irán continúe con su polémico programa nuclear.
«Si Dios quiere, comenzaremos el próximo año iraní [que empieza en marzo] la construcción de dos plantas de enriquecimiento, por orden del presidente [Mahmoud Ahmadinejad]», declaró Salehi. «Cada una de estas dos plantas tendrá la misma capacidad (…) que la planta de enriquecimiento de Natanz», afirmó, al anunciar esta enorme ampliación del programa nuclear en desafío a las exigencias de las Naciones Unidas (ONU).
La planta de Natanz, la única que hay actualmente en Irán, puede contener hasta 50.000 centrifugadoras. Hasta ahora no se sabe demasiado sobre la planta de Fordo, cerca de Qom, cuya construcción había anunciado Teherán en septiembre del año pasado.
«Contemplamos utilizar nuevas centrifugadoras en estas dos plantas», añadió Salehi, que precisó que «las nuevas plantas estarán construidas en el corazón de las montañas», para ser «protegidas contra cualquier ataque».
El anuncio de Salehi aumenta aún más la tensión con Occidente, que ha intensificado sus esfuerzos para lanzar una cuarta ronda de sanciones contra Irán después de que Ahmadinejad ordenó, hace unas semanas, iniciar el enriquecimiento de uranio al 20 por ciento en la central de Natanz.
El vocero del Departamento de Estado norteamericano, Phillip Crowley, dijo que la decisión «es una nueva prueba de que Irán se niega a comprometerse constructivamente a cooperar con el OIEA», el Organismo Internacional de Energía Atómica.
En tanto, el jefe de las fuerzas armadas estadounidenses, el almirante Mike Mullen, dijo que un eventual ataque contra Irán no sería «decisivo por sí solo» para terminar con el programa nuclear iraní, por lo que apoya usar la presión diplomática y económica.
Las naciones europeas reunidas en Bruselas parecían divididas ayer sobre la cuestión de incrementar las sanciones contra Irán.
«Lamentablemente, todas las acciones de la parte iraní desde hace semanas confirman que debemos impulsar [más] sanciones», afirmó el ministro de Asuntos Europeos francés, Pierre Lellouche.
Sin embargo, varios de sus pares europeos dijeron que no se habían agotado las vías diplomáticas, e insistieron en la necesidad de una decisión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, llamó ayer a un embargo inmediato sobre el sector energético de Irán y a eludir el Consejo de Seguridad si no hay acuerdo para imponer nuevas sanciones.
«Si el mundo quiere realmente detener a Irán, entonces lo que se necesita no son sanciones leves, sanciones moderadas (…) sino sanciones efectivas, que muerdan y reduzcan la importación y exportación de petróleo a Irán», dijo Netanyahu en un discurso. «Si esto no puede aprobarse en el Consejo de Seguridad, entonces debería hacerse por fuera del Consejo de Seguridad, pero inmediatamente», añadió el premier israelí.
En noviembre pasado, Ahmadinejad había anunciado que su país construiría diez nuevas plantas de enriquecimiento de uranio, después de que las grandes potencias protestaron enérgicamente por la construcción de una segunda planta de enriquecimiento iraní, cerca de Qom.
Las potencias occidentales sospechan que Irán está enriqueciendo uranio para fabricar armas nucleares, una acusación que Teherán desmiente. El uranio enriquecido puede ser utilizado como combustible en los reactores nucleares o de una forma altamente refinada para producir el núcleo fisible de una bomba atómica.