Cuando faltan pocos días para la llegada de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, a Brasil, la Casa Blanca incrementó ayer la presión sobre el presidente Luis Inacio Lula da Silva para que respalde nuevas sanciones de las Naciones Unidas contra Irán por su polémico plan nuclear.
«Brasil es una potencia emergente con creciente influencia en la región y en el resto del mundo. Creemos que esa influencia debería estar acompañada por actos responsables, por lo que sin duda estaremos hablando con el gobierno brasileño sobre la cuestión iraní», declaró el vocero del Departamento de Estado estadounidense, P. J. Crowley.
Brasil cuenta actualmente con un asiento en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) y su respaldo es clave para lograr que la comunidad internacional castigue a Teherán por no renunciar al enriquecimiento de uranio.
Las potencias occidentales buscan una cuarta resolución de sanciones del Consejo de Seguridad contra Irán por su programa nuclear, que Estados Unidos cree tiene como objetivo fabricar un arma nuclear.
Pero en los últimos meses Brasil ha estrechado relaciones con Irán y ha defendido el «derecho» de ese país a un «desarrollo nuclear con fines pacíficos». En tal sentido, ha manifestado su oposición a un nuevo paquete de medidas contra Teherán, alegando que la solución a la crisis sólo llegará a través del «diálogo».
Una de las cosas que más inquietan a la Casa Blanca es el anunciado viaje de Lula a Teherán, previsto para mayo. El presidente brasileño ya había recibido a su par iraní, Mahmoud Ahmadinejad, en Brasilia en diciembre pasado.
Además de Hillary Clinton, también el subsecretario de Estado para Asuntos Políticos norteamericano, William Burns, viajará hoy a Brasil para convencer a las autoridades de Brasilia de la necesidad de imponer nuevas sanciones a Irán.
Clinton tiene previsto llegar a Brasilia el miércoles en el marco de una gira por la región que la llevará primero a Montevideo, para la asunción de José Mujica como presidente de Uruguay, y luego a Chile, antes de viajar a Brasil. Luego, la secretaria de Estado visitará Costa Rica y Guatemala.
Según trascendió, Hillary Clinton se reunirá con su par brasileño, Celso Amorim, y con Lula.
Segun la estatal Agencia Brasil, entre los asuntos que se analizarán figuran la situación en países con los que Brasil mantiene vínculos estrechos, como Cuba, Bolivia, Irán y Venezuela.
En Brasil también se confía en que la visita de Clinton servirá para allanar el terreno para un viaje que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, haría al país a mediados del segundo semestre de este año.
Mientras tanto, la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado brasileño anunció ayer que convocará a Amorim para que explique la posición del gobierno en relación con el programa nuclear iraní.
El respaldo que el gobierno manifiesta en favor de Irán «puede ser peligroso, porque dejaría a Brasil en medio del foco de una crisis internacional», afirmó el senador João Tenorio, del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), al presentar la solicitud.
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