El embajador de Israel en la Argentina, Daniel Gazit, ofreció a El Cronista su visión sobre la fuerte polémica que se desató a raíz del viaje que el dirigente ultrakirchnerista Luis D’Elía realizó a Irán, donde se encontró con Moshen Rabbani, funcionario iraní imputado por el atentado contra la AMIA, y prófugo de la Justicia argentina.
– ¿Cómo toma el acercamiento de Luis D’Elía hacia Rabbani? ¿Es contraproducente para la investigación?
– He decidido no entrar en un tema que es interno de la política argentina. Es en Argentina donde deben resolver el accionar de un ciudadano público argentino como D’Elía que defiende a prófugos de la Justicia. Lo deben resolver internamente.
– ¿Lo separa entonces de lo que es la postura del gobierno nacional?
– Sí, porque es muy clara la postura del gobierno argentino contra la lucha del terrorismo. Mantengo un diálogo fluido con el canciller Jorge Taiana y se como piensa. Al caso D’Elía lo tomamos como un hecho particular y no como la voz oficial.
– ¿Cómo están los lazos de Israel con la región?
– Los lazos siempre han sido buenos en la mayoría de los países. Y estamos avanzando en acuerdos comerciales y culturales de libre comercio con el Mercosur.
– ¿Cómo ve el acercamiento de Irán hacia América latina?
– En algunos casos es negativo, es cuando dejan a Irán penetrar por lo malo. Ahora, cuando es por un motivo puramente comercial y cultural no lo veo mal.
– ¿En la primera categoría, casos negativos, que países entran?
– Venezuela y Cuba, por ejemplo.
– ¿Y cuál es su opinión ante la defensa del presidente de Brasil en favor del diálogo con Irán?
– Eso no lo puedo entender.
– ¿Pero cambia esa situación la relación de Israel con Lula?
– No creo. Tenemos una buena relación con Lula. Y lo anterior no es más que una diferencia importante que tenemos.
–Además de Cuba y Venezuela, ¿Con qué otro país de la región considera rota la relación de Israel?
–Se cortó la relación también con Bolivia, que está bajo la influencia de Chávez.
Un nuevo aniversario
Cuando el próximo miércoles a las 14.50 suene la sirena en la calle Arroyo al 910, ese mismo sonido que aquella tarde del 17 de marzo de 1992 conmocionó al país, comenzará una vez más, como sucedió durante los últimos 18 años, un nuevo acto para pedir Justicia por el atentado a la Embajada de Israel. Aquella tarde murieron 29 personas y más 350 resultaron heridas, entre ellos ancianos y niños de un geriátrico y un jardín de infantes aledaños.
–¿Cómo se prepara a pocos días de cumplirse 18 años del atentado contra la Embajada?
– Es una situación muy difícil. Y para mí en lo personal también. En ese momento me desempeñaba como consejero en la Embajada de Israel, y perdí compañeros y amigos. Y 18 años es mucho tiempo pero también es poco. Lo importante es mantener viva la memoria para que estos hechos no se repitan.
– ¿Considera que aún existen amenazas de un nuevo atentado terrorista en la Argentina?
– Y el mundo está lleno hoy de atentados: nadie está exento. La realidad es que estamos frente a grandes organizaciones terroristas con países detrás que las apoyan. Pero hay que luchar para terminar con esta situación y que deje de parecernos una costumbre que ocurran estos hechos tan crueles.
– Aún no están cerradas las investigaciones ni del atentado a la Embajada ni de la AMIA ¿Qué piensa de eso?
– Tengo esperanzas de que se va a esclarecer. Ya se saben muy bien los detalles de lo que pasó y quiénes fueron: Hezbollah, Irán y Siria. Ahora falta ir detrás de las personas físicas.