Ante las duras críticas, el régimen de Teherán decidió no postularse a formar parte del máximo organismo de derechos humanos de Naciones Unidas. La salida de la competencia asegura el lugar a Tailandia, Maldivas, Qatar y Malasia
Irán retiró hoy su candidatura al Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU, que había sido duramente criticada por organizaciones de derechos humanos y diversos gobiernos occidentales.
«Parece que tuvieron que retirar su candidatura ante la lluvia de críticas que habían recibido», confirmó a Efe la responsable de asuntos globales de Human Rights Watch (HRW), Peggy Hicks.
Representantes de la República Islámica dieron a conocer la decisión de su gobierno en una reunión a puerta cerrada en la sede de la Organización de Naciones Unidas (ONU) del grupo regional que acoge a los países asiáticos.
Irán competía con otros cuatro países por las plazas que corresponden a esa región y que deben decidirse en las elecciones que la Asamblea General de la ONU celebrará el próximo mes para renovar parte de los 47 miembros que componen el CDH.
La salida de Teherán de la competencia asegura que sus competidores (Tailandia, Maldivas, Qatar y Malasia) se convertirán automáticamente en miembros del máximo organismo de derechos humanos de Naciones Unidas, con sede en Ginebra.
La candidatura iraní despertó el rechazo de las principales organizaciones internacionales de derechos humanos, así como de los principales activistas iraníes en esta materia.
La premio Nobel de la Paz de 2003, Shirin Ebadi, instó en una carta abierta enviada esta semana a los miembros de la Asamblea General a votar en contra de las aspiraciones de su país por «ignorar las resoluciones de Naciones Unidas» en materia de derechos humanos.
«Esperemos que con el rechazo a la candidatura de la República Islámica de Irán se llame la atención de las autoridades iraníes sobre su conducta equivocada», agregó en el escrito la activista.
Irán recibió el pasado febrero en el CDH fuertes críticas por parte de los países occidentales por la sangrienta represión de las protestas pacíficas tras las elecciones presidenciales del año pasado, así como por el elevado número de ejecuciones y otras violaciones de los derechos humanos que se cometen en ese país.
Los Estados Unidos y el Reino Unido instaron entonces a Teherán a que permita la visita al país de los relatores de Naciones Unidas sobre la tortura y otras violaciones de los derechos humanos.