PRENSA

La ola de xenofobia en Estados Unidos se cobra su primera víctima

Un méxicano de 42 años, casado y padre de 5 hijos murió ayer después de estar dos días agonizando al haber sufrido una violenta paliza de los guardias fronterizos en San Diego, mientras estaba siendo deportado por no tener papales que acreditasen su estancia legal en el país. Esta situación se produce cuando una ola de xenofobia recorre Estados Unidos en forma de leyes anti-inmigrantes, ante la pasividad del gobierno de Barack Obama, que instado por la población inmigrante y los movimientos sociales de izquierda a usar su veto presidencial para evitar que estas leyes entran en vigencia, prefiere simplemente condenar las iniciativas legislativas derechistas sin presentar una oposición real. Arizona aprobó hace unas semanas la controvertida ley anti-inmigrante, que criminaliza a los ciudadanos extranjeros por el simple hecho de vivir en EEUU y les da dos opciones: la salida inmediata de vuelta a sus países de origen o la cárcel. Otros estados norteamericanos han empezado a seguir el ejemplo xenófobo y racista de Arizona y ya están preparando leyes similares.