No se arrepintieron en su última palabra. El juicio contra 18 miembros de la organización neonazi Blood & Honour quedó ayer visto para sentencia en la Audiencia Provincial con la acusación de cinco años de cárcel para los principales acusados, formulada ayer por la Fiscalía y la acusación popular representada por el Movimiento contra la Intolerancia.
Su presidente, Esteban Ibarra, denunció ayer la hostilidad con la que han vivido el proceso desde que comenzara el pasado 25 de mayo. La letrada ha sufrido coacciones e insultos en los pasillos del tribunal.
En el escrito de acusación, el fiscal reclama a la audiencia que ordene la disolución de la organización. El grupo reclutaba jóvenes blancos en conciertos para propagar un mensaje de odio y antisemita.