El secretario de Culto, Guillermo Oliveri, sostuvo que «desde la Cancillería se ha hecho y se seguirá haciendo memoria para fortalecer y promover la justicia y que no vuelvan a repetirse violaciones sistemáticas y masivas de los derechos humanos».
Olivieri formuló estos conceptos al cerrar anoche las jornadas sobre «La fe en Dios después de Auschwitz», que se desarrollaron en el Auditorio «Manuel Belgrano» de la Cancillería Argentina.
«La Shoá fue uno de los principales dramas de la historia del siglo XX, que no pertenece sólo al pueblo judío, sino a todos», afirmó el funcionario, según un comunicado difundido hoy.
Las jornadas fueron organizadas por la Secretaría de Culto, la organización B`nai B`rith y la Confraternidad Argentina Judeo Cristiana.
Participaron de los paneles Víctor Manuel Fernández, rector de la Universidad Católica Argentina; el rabino Daniel Goldman, de la Comunidad Bet El; el sociólogo Fortunato Mallimaci y el embajador de Israel en la Argentina, Daniel Gazit, entre otras autoridades de AMIA y DAIA.
El rabino Goldman destacó «la necesidad de comprender que la Shoá es el verdadero nombre de lo sucedido, y no puede hablarse de Holocausto» ya que «éste tiene una connotación de un ofrecimiento para un fin determinado y la Shoá es un horror que no es comparable con nada, sólo con la Shoá».
Por su parte, el rector de la UCA planteó la importancia de «revisar nuestra fe» y consideró que la fe «no es una mera relación individual con Dios, sino comunitaria».