En el primer acto masivo y abierto desde que hace cuatro años se enfermó y traspasó la jefatura del Estado de Cuba a su hermano Raúl, el ex presidente cubano, Fidel Castro, reapareció en público ayer ante miles de estudiantes para advertir al mundo de los riesgos de una guerra nuclear. «Le ha correspondido a Cuba la dura tarea de advertir a la humanidad del peligro real que está confrontando. En esa actividad no debemos desmayar […] frente a los escépticos; nuestro inconfundible deber es seguir librando la batalla», dijo Fidel, con voz fuerte y clara, refiriéndose a los «terribles peligros» de una catástrofe atómica si Estados Unidos e Israel atacan Irán. El ex mandatario defendió a Irán de las acusaciones de Estados Unidos y de Israel respecto a que su polémico plan nuclear tiene fines bélicos. «Tener una planta que produzca energía eléctrica partiendo del uranio es algo que no constituye un delito, y para ellos es una prueba de la fabricación de armas», dijo Castro, en relación con el programa atómico que impulsa el régimen de los ayatollahs.
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