PRENSA

Discurso del presidente de la DAIA, Aldo Donzis en acto por Kristallnacht

Nada pudo volver a ser como era.
Porque esa noche del 9 de noviembre de 1938, bandas de matones, asesinos, miembros del partido nazi sumado a ciudadanos comunes alemanes, desplegaron en toda Alemania manifestaciones perfectamente coordinadas de violencia y de horror.

Destruyeron e incendiaron más de 300 sinagogas. Profanaron cementerios. Destruyeron tiendas, depósitos, centros comunitarios, centros culturales e incendiaron bibliotecas. Destrozaron más de 7000 vidrieras y un sinnúmero de vejaciones, humillaciones y asesinatos.

Esa noche, que fue todo en una sola noche, fue denominada por los nazis como la Kristallnacht.
Después de esa noche, más de 30.000 de nuestros hermanos fueron detenidos y enviados a campos de concentración que ya existían en Alemania.

En ese momento dio comienzo a la tragedia de la Shoá. Y el mundo supo y prefirió callar.
Esa indiferencia, con esa naturaleza antisemita y esa cobardía de muchos fueron los artífices de la creación y la articulación de esta tragedia humana que no solo denigró a Alemania sino que denigró a la humanidad entera.
Una humanidad que supo, pero prefirió callar. Por eso hemos decidido desde hace varios años conmemorar esta trágica fecha con instrumentos, con sonidos, porque ya hemos padecido las consecuencias de los silencios del mundo. De un mundo que supo y prefirió callar.

Por eso en homenaje a las víctimas, en tributo a los sobrevivientes, por nuestros antepasados, por las futuras generaciones, la DAIA va a seguir comprometida en la lucha junto a todos los hombres de bien, contra la discriminación, contra aquellos que pretendan negar el Holocausto: los negadores de antaño, los negadores contemporáneos, aquellos que intentan minimizar el horror banalizándolo, utilizándolo incluso como adjetivos descalificativos, insultos, insultos políticos; y va a seguir luchando contra los populismos antisemitas, contra los totalitarismos, contra toda forma de discriminación; contra aquellos que pretenden borrar del mapa a un Estado. Para que nunca más alguien pretenda borrar a un pueblo, o a una persona. Para que nunca más escuchemos los sonidos de cristales rotos. Para preservar la paz, pero fundamentalmente para preservar la vida.