Un día después de que anunciara su autosuficiencia en la provisión de material radiactivo, Irán se sentó a la mesa de las negociaciones en Ginebra con las potencias mundiales. Irán y los países del Grupo 5+1 reanudaron ayer en Ginebra la primera jornada de negociaciones sobre el controvertido programa nuclear iraní, después de catorce meses de interrupción, y acordaron continuar los contactos durante el día de hoy. Poco ha trascendido sobre esta cita que se celebró marcada por la tensión tras recientes acontecimientos –como los atentados contra dos científicos nucleares iraníes que Teherán achaca a Occidente– y tras el anuncio de la República Islámica de que había logrado producir su primer lote de concentrado de uranio que sirve de base a la producción de uranio enriquecido. A pesar del hermetismo, fuentes cercanas a las delegaciones participantes revelaron que durante la mañana tuvo lugar un sesión plenaria entre Ashton, el jefe negociador iraní, Said Jalili, y representantes del llamado Grupo 5+1, los miembros permanentes del Consejo de Seguridad (los Estados Unidos Rusia, el Reino Unido, Francia y China) más Alemania.
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