El Vaticano se desistió en 2009 de participar como «observador» en una organización denominada Grupo de Trabajo Internacional para la Educación, la Memoria y la Investigación sobre el Holocausto porque, según la embajada de Estados Unidos, a la Iglesia católica le preocupa la «presión» que esa agrupación pudiera ejercer sobre la Santa Sede para que abra los archivos del pontificado de Pío XII, quien dejó pasar sin denuncia los asesinatos masivos en campos de concentración de la Alemania nazi. El embajador Miguel Díaz informó en octubre de 2009 que «inesperadamente» el Vaticano «dio marcha atrás respecto de un acuerdo previo y por escrito para convertirse en un observador» del grupo de trabajo formado, entre otros, por los académicos Steve Katz, de Estados Unidos, y Dina Porat, de Israel, según un cable difundido en el sitio de Wikileaks. Algunos historiadores del Holocausto han visto a Pío XII como una figura «controversial», porque evitó hacer denuncias públicas sobre las matanzas de la Segunda Guerra Mundial en 1941 y 1942, cuando fue notificado de esos hechos.