La policía y los servicios de inteligencia estadounidenses se encuentran en estado de alerta, bajo la hipótesis de posibles atentados en Estados Unidos o Europa como represalia a la muerte de Osama bin Laden, pero no manejan la posibilidad de una réplica inminente, luego de lo sucedido. “Muy probablemente, los terroristas intentarán vengarse”, estimó ayer Leon Panetta, el saliente director de la CIA, quien deberá tomar las riendas del Pentágono en menos de tres meses.
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