La SHOA fue un intento de acabar, programadamente, con todo un pueblo; como afirmó Juan Pablo II: “se extendió como una sombra sobre Europa y el mundo entero”.
La SHOA es única por lo abrumador de sus alcances y porque fue planificada y ejecutada a conciencia, contando con la conformidad de millones de ciudadanos y el silencio del mundo.
Tenemos que asumir todos que la responsabilidad de preservar la memoria del Holocausto y de aprender las adecuadas enseñanzas históricas, no es responsabilidad de las víctimas sino de la humanidad entera.
Se debe recordar, se debe enseñar, no se debe negar aún aquello que nos produce un dolor indescriptible para poder transmitir a la humanidad y a las generaciones futuras un mensaje superador de paz y esperanza.
Debemos tomar conciencia de lo que un hombre es capaz de hacer a otro hombre.
Animamos a permanecer alertas ante el antisemitismo y el racismo fomentando espacios educativos y de diálogo fecundo.
Entendemos que recordar no es quedar detenidos en el pasado sino aprender de él, educar a las jóvenes generaciones en el respeto sin exclusiones ni discriminaciones y proponiendo un futuro de solidaridad y respeto.
Que el buen Dios que nos guíe en este camino de fraternidad.
Mons. Alfonso Delgado Evers
Arzobispo
ARZOBISPADO DE SAN JUAN DE CUYO
Leonardo Siere
Presidente
SOCIEDAD ISRAELITA DE BENEFICENCIA DE SAN JUAN