La pulseada entre el Parlamento iraní y el presidente Mahmoud Ahmadinejad que desató una crisis política en el país recrudeció en los últimos días, con múltiples detenciones de los colaboradores más estrechos del mandatario. En este sentido, Ahmadinejad lanzó ayer una advertencia contra aquellos que conspiren en su contra o de cualquier miembro de su gabinete: «Si los arrestos alcanzan a los miembros de mi gabinete, tomaré acciones y defenderé a mis ministros», dijo ayer el mandatario en Teherán. «El gabinete es la línea roja y considero estos arrestos un juego político para debilitarme a mí y al gobierno», añadió. Las detenciones comenzaron en abril pasado, cuando estalló una crisis política aguda entre el presidente y el Parlamento, dominado por los ultraconservadores que apoyan al líder supremo, el ayatollah Ali Khamenei. Los conservadores religiosos le reprochan al presidente, entre otras cosas, cuestionar la autoridad del ayatollah.
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