PRENSA

La situación en Siria

«Completamente devastada». De esta manera describió las Naciones Unidas a la ciudad Siria de Homs. Y quien está llevando a cabo la matanza y tortura de civiles es el régimen de Bashar Al-Asad quien no ha cesado de perpetrar horribles matanzas entre su población, con uso de armamento pesado, ejecuciones sumarias y uso de la tortura.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, grupo de activistas con sede en Londres, calcula que más de 8.400 personas han perdido la vida desde el inicio de la revuelta en marzo de 2011. La ONU contabilizó 7.500. Por su parte, la organización Human Rights Watch habla de unos 700 muertos durante el ataque militar que el régimen ha mantenido sobre la ciudad de Homs.

Mientras este baño de sangre sigue creciendo, la comunidad internacional continúa sin ofrecer una respuesta contundente para frenar a un régimen que parece dispuesto a todo. Todas las gestiones diplomáticas han fracasado y cuando se intentó buscar, a través de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, una salida a la crisis mediante el apoyo al plan de transición propuesto por la Liga Árabe, China y Rusia se han negado. Queda claro que ya no alcanza con la masiva condena de la mayoría de los países que integran la ONU para frenar la matanza.

Las grandes potencias discuten qué es más conveniente para frenar la matanza: si intervenir militarmente o insistir con la presión diplomática y económica. Cualquiera sea la decisión que se tome está claro, a esta altura de los acontecimientos, que ya no hay más tiempo para equivocarse: si no se frena al régimen de Bashar Al-Asad ahora, la destrucción y la muerte en la ciudad de Homs puede transformarse en el símbolo de algo mucho peor.