En un acto cargado de emoción y testimonios conmovedores, la DAIA recordó ayer a los seis millones de judíos exterminados por el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial. Con motivo de Iom Hashoá, el Día del Holocausto (en memoria del levantamiento del gueto de Varsovia), cientos de personas se reunieron anoche en el Teatro Coliseo porteño, con la presencia destacada del presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, y del embajador de Israel en Argentina, Daniel Gazit, además de diplomáticos, artistas, políticos y sobrevivientes de la tragedia. Aldo Donzis, presidente de la DAIA, fue quien cerró la ceremonia, que tuvo música, lecturas y declaraciones de principios y reflexión. “Nos congregamos para honrar, denunciar y recordar un compromiso sagrado. El llanto judío tiene seis millones de razones que renuevan nuestro compromiso contra el odio y la discriminación”, remarcó el dirigente, quien reclamó prestar atención a las amenazas actuales. “Quienes niegan la Shoá no hacen otra cosa que pretender enmascarar su antisemitismo, pero no se pueden ocultar las palabras del pasado. Estamos aquí también para denunciar cada hecho que pretenda retrotraer a la tragedia”. Y pidió decirle “nunca más a la persecución y la indiferencia. El tributo a los 6 millones de judíos exterminados renueva nuestro compromiso con la justicia, la paz, la libertad y la vida”. Casi al final del acto, Lorenzetti manifestó que “la Shoá fue un proceso, no ha sido un único acto; fue un camino por el que transitó el odio y el fanatismo”. Y comentó que “el fanatismo llevó a los responsables a la tragedia, a la locura y al odio, que divide a los pueblos. Eso no pudo haber ocurrido”. Pero también aclaró que el Holocausto tuvo otro camino: “El de la lucha y el coraje, que se vio en el gueto de Varsovia, donde los jóvenes se enfrentaron a uno de los ejércitos más poderosos con nada, sólo con el coraje y el deseo de salvar a los demás. Fue la lucha de los gestos y los símbolos”. Lorenzetti, entonces, concluyó: “Lo más importante es pensar en el futuro y decirles los más jóvenes que tenemos que mantener la bandera bien alta y transitar el camino de la solidaridad”. Entre los oradores también estuvieron Gazit y el dirigente de la juventud Agustín Ulanovsky. Pero el testimonio más emotivo fue, sin dudas, el del sobreviviente del Holocausto Francisco Wichter, el único de la lista de Schlinder que queda vivo en Argentina. Ante las lágrimas de los asistentes, Wichter recordó su experiencia en el gueto de Varsovia, donde sobrevivió por esconderse en un sótano mientras arriba aniquilaban a toda su familia: “Vinimos a recordar otro aniversario del heroico levantamiento contra el régimen nazi en Varsovia. A los únicos que no perdonamos es a los nazis. Yo creo en los 10 mandamientos, pero hay uno más: “Sobrevivirás”. Eso fue lo que me mantuvo vivo”.