Fueron apenas dos tweets los que les costaron a la atleta griega Paraskevi Papachristou y al futbolista suizo Michel Morganella su permanencia en sus respectivos equipos olímpicos. El motivo fue algo que sorprendería poco a quienes frecuentan redes sociales: su contenido discriminatorio. Pero no hay que ir tan lejos para advertir este fenómeno y tampoco hay que pensar que es exclusivo de los cantitos de las hinchadas de fútbol. Sólo hay que prestarles atención a los mensajes que se twittean todos los días en la Argentina para detectarlo constantemente. De hecho, según el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi), las denuncias por hechos y expresiones discriminatorias en Internet han crecido en forma sostenida en los dos últimos años: hay 45 denuncias por semana, es decir, un promedio de una cada cuatro horas, y un 20% de ellas corresponde a Twitter . «Internet amplifica fenómenos. Si entrecruzamos esta característica con la inmediatez propia de la Web, podemos notar que es una mezcla bastante fuerte para potenciar conductas. Y Twitter es, además, la red social más rápida para propagar contenidos. Por eso desde el Inadi nos preocupan especialmente algunas situaciones discriminatorias allí producidas», dijeron a LA NACION desde la Dirección de Políticas contra la Discriminación del instituto presidido por Pedro Mouratian.
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