La AMIA, la DAIA y familiares de víctimas del atentado a la mutual judía reaccionaron ayer con un tono más duro que en los días anteriores ante el diálogo con Irán iniciado por la Argentina. A través de un comunicado conjunto indicaron que “la única oferta aceptable de cooperación iraní era la entrega de los acusados” por el ataque, y exhortaron al Gobierno a “no hacerle el juego a un régimen que busca mejorar su penosa imagen” y “no ser sus ingenuos cómplices”. El pronunciamiento se refirió con advertencias alas tratativas entre los gobiernos de Cristina Kirchner y de Mahmud Ahmadinejad, que fueron oficializadas en una reunión de los cancilleres de ambos países en las Naciones Unidas, aunque evidentemente hace tiempo en danza. Además, tras el encuentro, el Gobierno se llamó a un estricto secreto, sobre lo que vendrá después en las reuniones bilaterales que tendrán lugar en Ginebra. Teherán siempre ha negado que sus funcionarios tuvieran que ver con el atentado a la AMIA de 1994 en el que murieron 85 personas.
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