PRENSA

La memoria del Holocausto, grabada con orgullo en la piel

Cuando Eli Sagir mostró a su abuelo, Yosef Diamant, el nuevo tatuaje en su antebrazo izquierdo, él inclinó la cabeza para besarlo. Diamant tiene el mismo tatuaje, el número 157622, marcado con tinta indeleble en su brazo por los nazis en Auschwitz. Casi 70 años más tarde, Sagir se hizo tatuar en un negocio de moda en el centro luego de un viaje de la secundaria a Polonia. A la semana siguiente, su madre y hermano también se hicieron inscribir los seis dígitos en sus antebrazos. Este mes su tío hizo lo mismo. «Mi generación no sabe nada del Holocausto», dijo Sagir, de 21 años y que lleva el tatuaje desde hace cuatro. «Una habla con gente que cree que es como el Éxodo de Egipto, historia antigua. Decidí hacerlo para que mi generación recuerde. Quiero contarles la historia de mi abuelo y la historia del Holocausto.» Los descendientes de Diamant se cuentan entre numerosos hijos y nietos de sobrevivientes de Auschwitz que han dado el paso de marcar la memoria de los días más oscuros de la historia en sus propios cuerpos. Dado que el número de sobrevivientes está cayendo a alrededor de 200.000, de 400.000 hace una década, instituciones e individuos debaten cómo recordar mejor el Holocausto -parte integral de la fundación y la identidad de Israel- cuando los que lo vivieron desaparezcan.