En realidad, de no ser por el remate de su frase, el contenido de lo dicho en nada diferiría del que varias veces pronunció Cristina Kirchner. Ayer, antes del encuentro y el almuerzo que mantuvo Rafael Correa con la Presidente, en la Casa Rosada, el canal de televisión C5N difundió una entrevista con el mandatario ecuatoriano, que terminó complicando aún más la relación del gobierno argentino con la colectividad judía argentina, cuyo brazo político, la DAIA, finalmente obtuvo una entrevista con el canciller Héctor Timerman ayer a la tarde, en la que se abordaron precisamente las negociaciones abiertas con Teherán. Correa venía hablando ante C5N en los mismos términos que lo hizo Cristina en la última Asamblea General de las Naciones Unidas. Se refirió a la “doble moral” de Occidente, que condena lo que llamó como la “democrática” República Islámica de Irán al tiempo que no critica a las “monarquías que se pasan el gobierno de unos a otros”. Fue en ese contexto que ejemplicó sus dichos con el derrocado dictador libio Muammar Kadafi, y dio su respaldo al iraní, Mahmud Ahmadinejad. Hasta ahí, todo más o menos conocido, hasta que la entrevistadora le preguntó por la negativa iraní a entregar los ciudadanos a los que la Justicia argentina considera como autores del atentado a la AMIA de 1994 que dejó 85 muertos. “Conozco ese caso. Es muy doloroso para la historia argentina, pero vea cuántos murieron en el bombardeo de la OTAN a Libia. Comparemos las cosas también y veamos donde están los verdaderos peligros; no debemos manipular”. La frase comenzó a repicar. Y poco tiempo después, la DAIA manifestaba su “estupor” y “profundo rechazo” a las expresiones del ecuatoriano, que además, consideró “inaceptables”.
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