Oscar Wilde dijo en uno de sus libros: “Lo peor que nos puede pasar es que se cumplan nuestros deseos” . Instituciones centrales como la DAIA y la AMIA deben potenciarse entre ellas y sumar actividades, una en beneficio de la otra. No duplicar esfuerzos, ni sumergir a ninguna de las instituciones en internas comunitarias, absolutamente ajenas a la misión institucional. Los actos, eventos, reuniones que realiza la AMIA, todos sin duda en beneficio de nuestra comunidad y en consonancia con su misión, gozan del aval irrestricto de la DAIA. Sin manifestaciones públicas, esta DAIA podrá expresar ante sus colegas de la AMIA una sugerencia al solo efecto de contribuir a la misión y siempre dentro del edificio que nos cobija. Cuando los disensos son exhibidos de manera pública se corren de la misión y pasan a ser instrumentos del poder puesto a disposición de otros intereses. Desde nuestra asunción en el cuerpo directivo de la DAIA hemos cumplido nuestro deseo de trabajar con consenso, sin estridencias ni enfrentamientos a través de medios y canales que no fuesen los que correspondan. Y aquellos que corresponden son solo el encuentro entre voluntarios para la construcción de un proyecto común, la discusión franca de las alternativas de la misión. Esta DAIA no intervendrá en los próximos comicios de la AMIA. Esta DAIA manifiesta su prescindencia y su independencia frente a las mismos. Pero esta DAIA no va a autorizar que, en nombre del interés de una de las partes, se la use para la campaña iniciada. La elección no es entre DAIA y AMIA. La elección es en la AMIA y nada debe manifestar la DAIA, en ningún sentido, ya que somos la institución madre de toda la comunidad judía. Bajo nuestro amparo están contenidas la totalidad de las instituciones de la comunidad. Esta DAIA espera que Oscar Wilde no tenga razón y que los deseos en conjunto sea lo mejor que nos pueda suceder. Consejo Directivo de la DAIA.