La manifestación contra el casamiento igualitario convocada por asociaciones católicas y a la cual se sumaron los partidos políticos conservadores y de extrema derecha reunió a centenares de miles de personas en París, mientras el gobierno calificó a la movilización como «consistente» pero insistió que el proyecto será debatido en el Parlamento a fin de mes.
La policía informó que 340.000 personas participaron de la manifestación, mientras que los organizadores estimaron haber convocado a casi un millón de personas, según anunciaron en la pantalla gigante colocada a los pies de la torre Eiffel, en el Campo de Marte, lugar donde confluyeron los tres cortejos de manifestantes desde diferentes puntos de la capital gala.
»No hay óvulos en los testículos», «Mamá, papá y lo niños es natural», «todos nacidos de un hombre y una mujer» o «queremos sexo, no género», fueron algunas de las consignas que los organizadores repartieron en prolijos carteles a los asistentes, en su mayoría adultos, quienes también entonaron mensajes dirigidos al presidente Hollande.
»Hollande debe escucharnos, debe proteger a la familia, que es la base de nuestra sociedad. Le pedimos que retire este proyecto de ley que divide a los franceses», le dijo a Télam Pierre, de 35 años, junto a su mujer y sus tres hijos, todos con un cartel en sus espaldas: «Made in papá y mamá».
La mayoría de los asistentes, quienes desafiaron el frío y la llovizna constante, llegaron desde distintos puntos de Francia, en micros alquilados por los organizadores, «entre 900 y 1600 micros» y «siete trenes de alta velocidad», según publicó el diario Libération.
La manifestación, que tuvo lugar el día en que Francia reforzó su plan antiterrorista Vigipirate por su intervención militar en Malí, contó con una dimensión fuertemente política, por la participación de los partidos conservadores, Unión por un Movimiento Popular (UMP), encabezados por su contestado Jean-Francois Copé y 150 diputados, y el ultraderechista Frente Nacional (FN).
Un cuarto cortejo, convocado por la asociación integrista católica de extrema derecha Civitas, desfiló por las calles parisinas pero no se unió al destino final de la manifestación por haber sido declarados personas non gratas por las agresiones a periodistas y fotógrafos que realizaron en la precedente manifestación del 17 de noviembre.
Antes de la manifestación, los militantes de Civitas y otra decena de pequeños organizaciones integristas rezaron de rodilla en las calles, cercados por un cordón de fornidos y rapados integrantes de Civitas rodeados a su vez por un cordón de policías antidisturbios.
Los organizadores, el colectivo católico «manifestación para todos», leyeron en el escenario una carta que le será enviada al presidente Francois Hollande y dejaron en claro que esperan poder repetir el éxito de 1984, cuando la Iglesia católica convocó más de un millón de personas para evitar la reforma de las escuelas privadas. La presión de esa inédita manifestación obligó al presidente socialista Francois Mitterrand a retirar su proyecto.
Sin embargo, Hollande reiteró en numerosas ocasiones que cumplirá su promesa de campaña de permitir a las parejas del mismo sexo casarse, adoptar o poder recurrir a la procreación asistida, aunque este punto será incluido en una ley sobre la familia que el gobierno socialista presentará en marzo.
Entretanto, sobre el final de la tarde el palacio presidencial del Eliseo calificó la manifestación de esta tarde como «consistente», pero remarcó que la misma «no entorpecerá el debate» que tendrá lugar en el Parlamento desde el 29 de enero.
»Las manifestación forman parte de la vida social en Francia, cultural incluso en nuestro país. No haremos las leyes dependiendo cuenta gente se manifieste en las calles», aseguró esta semana Hollande buscando despolitizar la movilización.
Se descuenta que el proyecto de ley de casamiento igualitario será aprobado por el Parlamento antes de fines de marzo, dado que el Socialismo posee mayoría absoluta en ambas Cámaras.
Según una encuesta realizada por Ifop el 61% de los franceses se declara a favor del casamiento igualitario y el derecho a adopción para las parejas del mismo sexo.
Pese a los esfuerzos de los organizadores, que repartieron cinco millones de volantes con instrucciones para «no caer en la provocación de los periodistas» con instrucciones y respuestas precisas para «evitar seamos caricaturizados», uno de los ocho voceros de «manifestación para todos» no dudó hoy en comparar al presidente Hollande con Hitler en una entrevista en directo en el canal de noticias BFM TV.
Asimismo, Yvan Benedetti, presidente de Obra francesa, una minúscula organización de extrema derecha radical y autoproclamada militar, reclamó en declaraciones a la radio RTL «la re penalización de la homosexualidad» pues «eso no puede engendrar vida».
En tanto que un joven con una pancarta «inquisidores, regresen a sus casas» fue desalojado a empujones por decenas de manifestantes mientras era entrevistado por periodistas de una cadena de televisión rusa.
Mientras que en las Embajadas francesas de Roma y Londres también se manifestaron «centenas» de franceses, según la radio France Inter.
En el otro extremo de la ciudad, en el parque Buttes Chaumont decenas de personas participaron en una contra manifestación organizada por asociaciones de homosexuales y lesbianas en un ambiente de camaradería pero para nada festivo.
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