PRENSA

El Papa insiste en las raíces judías del cristianismo

Frente al integrismo religioso, el papa Benedicto XVI volvió a hablar el miércoles ‎de las “raíces judías del cristianismo” tras reiterar el rechazo de la Iglesia al ‎antijudaísmo.‎
Durante la tradicional audiencia general en el Vaticano, el Papa recordó que Dios ‎se había dirigido primero al pueblo de Israel “por amor” y explicó con ardor que el ‎cristianismo tiene las raíces en el Antiguo Testamento.‎
Se trataba de una respuesta indirecta a las declaraciones del lefebvrista Bernard ‎Fellay, superior de la Fraternidad ultracatólica de San Pío X, que a inicios de enero ‎definió a los judíos “enemigos de la Iglesia”. Fellay aseguró durante un charla ‎realizada en Canadá que el apoyo de los líderes judíos al Concilio Vaticano II, ‎celebrado en la década del 60, demuestra que “el Vaticano II es asunto suyo, no ‎de la Iglesia”.‎
Según Fellay, los lefebvristas no aceptarán la reconciliación con la Iglesia si eso ‎significa no poder criticar al Concilio Vaticano II y acusó a los “francmasones y ‎modernistas” de estar detrás del rechazo de la Iglesia a su readmisión definitiva. ‎La posición de la Iglesia ante el judaísmo está resumida en la famosa declaración ‎del Vaticano “Nostra Aetate”, emitida hace 50 años y que significó un punto de ‎inflexión en las relaciones conflictivas y complejas a lo largo de dos mil años, al ‎poner fin a la secular enseñanza de que los judíos son culpables de deicidio, ‎rechazando la doctrina según la cual sobre ellos pesaba la acusación colectiva por ‎la crucifixión de Cristo.‎
Pese a que algunos prelados la cuestionan, el Vaticano y en particular el cardenal ‎Kurt Koch, encargado de las relaciones con el judaísmo, advirtió a inicios del año ‎que la declaración “Nostra Aetate” es la “Carta Magna” del diálogo con los judíos.‎
El purpurado recordó que Juan Pablo II se refería a los judíos como “nuestros ‎hermanos mayores” y que para Benedicto XVI los católicos están “entrelazados ‎indisolublemente” con los judíos.‎