PRENSA

Los israelíes comenzaron a votar con Netanyahu como claro favorito

Las elecciones renovarán por completo el Parlamento unicameral, de 120 ‎escaños; se estima que hacia las 17, hora argentina se conocerá el boca de urna

Con poco suspenso porque todo el mundo sabe que el claro favorito es el primer ‎ministro saliente, Benjamín «Bibi» Netanyahu, 5,6 millones y medio de israelíes ‎comenzaron a votar a las 7 de la mañana de hoy (las 2 de la madrugada en la ‎Argentina) para elegir al decimonono gobierno del país, en elecciones en las que ‎se renovará por completo el Parlamento unicameral, de 120 escaños.‎
Los cerca de 1000 centros electorales desparramados por el país, cerrarán a las ‎‎22 (las 17 en la Argentina). Segundos después, las grandes cadenas televisivas ‎darán a conocer las primeras encuestas a boca de urna.‎
Netanyahu seguramente renovará su mandato, el tercero, pero sin obtener la ‎mayoría absoluta, por lo que deberá aliarse con la ultraderecha religiosa, o el ‎centro, para formar un gobierno de coalición. «Bibi», de 63 años, fue el primero en ‎votar bien temprano esta mañana cerca de su casa de Jerusalén, ciudad sagrada ‎para judíos, cristianos y musulmanes -y considerada por Israel su capital única e ‎indivisible-. En una jornada soleada, casi primaveral, ante una nube de fotógrafos ‎y camarógrafos el premier saliente, de derecha, dijo que «como no es un día de ‎lluvia, espera ver una lluvia de votos» para el Likud, su histórico partido de ‎derecha, que corre aliado al nacionalista y secular Yisrael Beieinu, del ex canciller ‎Avigdor Lieberman. «Likud-Beiteinu representa a la nación entera. Más fuerte es ‎Likud-Beiteinu, más fácil será gobernar a Israel exitosamente», dijo, en un último ‎llamado a que sus seguidores salgan a votar.‎
En Israel, donde hoy es feriado, el voto no es obligatorio y se teme que haya ‎mucha abstención, visto que se descuenta una victoria del premier saliente, algo ‎que convirtió a esta campaña electoral en una de las más apáticas de la historia.‎
Netanyahu es consiente que si bien los sondeos prevén un triunfo de su ‎agrupación, la victoria no será para nada arrolladora, con muchas menos bancas ‎de las esperadas cuando convocó a elecciones anticipadas el año pasado, luego ‎de desacuerdo en la Knesset sobre el presupuesto de este año. No por nada, ‎después de la votación, en otra movida de lo más simbólica, el premier israelí fue ‎a rezar ante el Muro de los Lamentos, el sitio más sagrado para los judíos, en la ‎Ciudad Vieja, para tener éxito en este día crucial para el futuro del país y de ‎Medio Oriente.‎
Según las estimaciones, Netanyahu sólo obtendrá entre 32 y 35 bancas, muchas ‎menos que las 42 actuales, por lo que ser verá obligado a aliarse con la ‎ultraderecha y los religiosos ultraortodoxos, o con fuerzas de centro, para formar ‎gobierno.‎
La sangría de votos de Likud-Yisrael Bieteneu tiene nombre y apellido: el ‎carismático y joven multimillonario Naftali Bennett, la gran estrella de estos ‎comicios. Ex asesor de Netanyahu e ídolo de los colonos, Bennett lidera el ‎ultranacionalista y religioso Habait Hjehudi (Casa Judía), un partido que, según los ‎sondeos, dará un batacazo: de 3 escaños pasará a tener 14. Cuarenta años, ‎lenguaje moderno que seduce a los jóvenes, Bennett está totalmente en contra ‎de la creación de un Estado palestino independiente y a favor de la anexión del ‎‎60% de Cisjordania. Pese a ello, todo indica que participará en el próximo ‎gobierno de Netanyahu, para espanto de la comunidad internacional y de Barack ‎Obama, que quieren resucitar el difunto proceso de paz palestino-israelí.‎
Junto a su mujer, Bennet votó en Ra’anana, la localidad al norte de Tel Aviv ‎donde reside junto a sus cuatro hijos. Acto seguido, ya fuera de la mesa electoral, ‎cantó el «Hatikvah» (la esperanza), el himno nacional israelí, en otra imagen de los ‎más sugestiva, como para captar el voto de los indecisos, un 15% del electorado.‎
El ex general Shaul Mofaz, líder de Kadima, de centro y uno de los pocos partidos ‎que hizo campaña hablando sobre la necesidad de reflotar el mal llamado proceso ‎de paz, votó en Hochav Yair acompañado por su mujer, Orit. «Hoy es un día ‎importante para el Estado de Israel. Estamos seguros que Kadima obtendrá un ‎buen resultado. La realidad de Israel hoy es que la izquierda no tiene experiencia, ‎la derecha nos está llevando al extremismo y entonces el centro es importante», ‎dijo. Kadima obtendrá sólo dos bancas, según sondeos.‎
Probablemente se llevará votos de esta agrupación -que sufrió una implosión ya ‎que su ex líder, Tzipi Livni, formó otro partido-, es un tercer flamante partido de ‎centro Yesh Atid, del ex periodista Yair Lapid, que centró su campaña en prometer ‎viviendas accesibles a la clase media laica. Lapid, famoso presentador televisivo y ‎muy «telegénico», podría alcanzar hasta 12 escaños y sumarse a una coalición ‎encabezada por Netanyahu. El mismo número de bancas también obtendría el ‎religioso sefardí Shas, considerado hasta ahora el «partido comodín» para integrar ‎cualquier coalición.‎
En un contexto de malestar generalizado debido al aumento de los precios de las ‎viviendas y de los impuestos y una profundización de la brecha entre ricos y ‎pobres, el Laborismo, histórico partido de izquierda, que hizo una campaña ‎centrada en los problemas sociales, obtendría 16 o 17 bancas. Su líder, la famosa ‎ex periodista radial Shelly Yachimovich, debería convertirse en jefa de la ‎oposición.‎