PRENSA

Familiares y oposición preparan un 8N para intentar frenar el acuerdo

Mientras el Congreso avanza con la aprobación del memorándum, un grupo de familiares de víctimas del atentado, junto a organizaciones de Derechos Humanos, ya preparan un acto para repudiar la futura sanción del proyecto frente al Palacio Legislativo.
Incluso, fuerzas políticas opositoras acompañarán la protesta mientras las entidades judías podrían seguir el mismo camino.
En principio, el acto está convocado para el 27 de febrero por la Agrupación por el Esclarecimiento de la Masacre Impune de la AMIA (Apemia) que encabeza Laura Ginsberg y el Encuentro Memoria Verdad y Justicia, un conglomerado de organismos de DDHH. La idea, según explicaron los organizadores, es alertar “sobre la impunidad que supone aprobar el memorándum”. “Hacemos un llamamiento al pueblo argentino para que venga a repudiar la sanción de esta ley y para explicar por qué es un retroceso en cualquier condición.
La convocatoria está hecha para el día en que se vote frente a la sede del Congreso”, afirmó Ginsberg.
Pero no sólo lo apoyarán los involucrados directamente, también fuerzas opositoras participarán de la convocatoria, incluso movilizando dirigentes.
Entre otros, el PRO participará junto a Unión por Todos (Patricia Bullrich) y parte del PJ disidente. “Apoyamos la movilización porque estamos en contra del vergonzoso acuerdo del kirchnerismo con el régimen iraní”, afirmó a PERFIL Federico Pinedo, jefe del bloque de diputados macristas. El jueves el grupo de la oposición unido en el GAPU (Grupo de Acción Política) había organizado un acto frente al Museo del Holocausto para repudiar el acuerdo.
Allí estuvieron el filósofo Santiago Kovadloff, los rabinos Sergio Bergman y Alejandro Avruj, y un grupo de sobrevivientes. De allí surgió la idea de apoyar cualquier manifestación que se realice para repudiar el acuerdo.
Dentro de la comunidad judía, la DAIA, si bien institucionalmente no tomó una decisión, sus dirigentes ya deslizaron que seguramente estarán en el acto. Algo similar ocurre en AMIA, que podr ía par t icipar con sus dirigentes pero no de forma institucional.