PRENSA

Intelectuales, políticos y artistas piden más diálogo

Un grupo de intelectuales, políticos y artistas elaboraron un documento con un reclamo de mayor debate ‎en torno del acuerdo con Irán. Lo firmaron Hermes Binner (político), Juan Campanella (cineasta), Dante ‎Caputo, (ex canciller), Roberto García Moritán (ex vicecanciller), Juan Tokatlián y Roberto Russell ‎‎(internacionalistas), Roberto Bouzas (economista), Roberto Guareschi (periodista), Osvaldo Guariglia ‎‎(filósofo), Aníbal Pérez Liñán (politólogo), Vicente Palermo (sociólogo), Horacio Tarcus y Marcela ‎Ternavasio (historiadores).‎
El texto señala que «la aprobación legislativa del memorándum de Entendimiento firmado con la ‎República Islámica de Irán tiene y tendrá profundas implicancias internas e internacionales. La política ‎exterior del país, su inserción actual y su proyección futura nos enfrentan a un camino que se bifurca».‎
Menciona que «el logro de justicia frente al acto terrorista ocurrido en 1994 contra la AMIA se debe ‎inscribir en las mejores tradiciones del país», entre los que menciona el premio Nobel de la Paz al canciller ‎Carlos Saavedra Lamas y el fin de la rivalidad argentino-brasileña. «Se trató de decisiones de alcance ‎estratégico que le brindaron reputación y credibilidad a la política internacional de la Argentina», remarcan ‎como logro, junto con «la más reciente activa promoción y defensa de los derechos humanos en la política ‎internacional durante la presidencia de Néstor Kirchner», que «le brindó prestigio e influencia al país». ‎Critica, en cambio, la posición argentina en la Segunda Guerra Mundial y «la ocupación militar de las islas ‎Malvinas».‎
‎»Este memorándum, firmado por el Ejecutivo y hoy debatido por el Legislativo tiene la estatura de ‎aquellas determinaciones. Ése es el tamaño de lo que hay en juego con el acuerdo iraní-argentino», señalan ‎los firmantes, quienes sostienen que «el memorándum firmado necesita más esclarecimiento y una mejor ‎comprensión. Nada obliga -tal lo públicamente acordado- que nuestro país deba ser el primero en ‎aprobarlo ni que haya que hacerlo con carácter urgente ni que sea bueno contar para ello con el apoyo de ‎un solo partido».‎
Por eso evalúan «imperioso hacer una pausa; esto es, ampliar los canales de deliberación, elevar la calidad ‎del debate e incrementar las expresiones de diversos actores de la sociedad civil. En breve, se requiere una ‎discusión sustantiva de un asunto cuyos efectos de corto y largo plazos serán, a no dudarlo, importantes». ‎Sugieren que el Congreso convoque a «audiencias especiales» y que se avance en los debates internos ‎dentro de los partidos.‎