En Diputados, con 131 votos positivos y 113 en contra, el kirchnerismo convirtió en ley el Memorándum de Entendimiento con Irán por la causa AMIA. Fue una sesión con fuertes cruces que arrancó con escándalo por una maniobra del oficialismo para reunir el quórum.
En paralelo, el gobierno de Irán envió ayer el proyecto al Parlamento. La aprobación legislativa de ambos países es condición para poner en vigencia el acuerdo, que establece la creación de una Comisión de la Verdad, integrada por juristas internacionales, que podrá participar de los interrogatorios en Teherán a los cinco iraníes acusados y con pedido de captura de Interpol, junto a las autoridades judiciales argentinas. Una posibilidad objetada por la oposición. De todos modos, el propio canciller Héctor Timerman había admitido que los imputados pueden negarse a declarar.
Pero antes de la discusión por el memorándum, la polémica giró en torno a la reincorporación de dos legisladores del kirchnerismo que habían asumido como ministros en sus provincias, para asegurar el tratamiento de la ley.
La tucumana Beatriz Mirkin se sentó en su banca minutos después de las 12, horario establecido para el inicio de la sesión. En enero había presentado la renuncia y asumió en el gobierno de José Alperovich al frente de la cartera de Desarrollo Social. Para dar quórum, cambió su renuncia –no había sido tratada por el cuerpo– por un pedido de licencia y renunció a su cargo en Tucumán. “Soy una compañera legisladora comprometida con esta causa nacional”, se defendió en el recinto. Otro caso similar fue el del chubutense Carlos Eliceche, que tardó un poco más en entrar a la sesión, cuando ya estaba cerca el número (129) que necesitaba el oficialismo. Había dejado lista su renuncia como jefe de Gabinete del gobernador Martín Buzzi –derrotó en 2011 a Eliceche, que lo acusó de fraude– y no logró eludir lo que en la previa y en la intimidad consideró “un papelón”.
“¡Es una burla para el Congreso! No pueden sentarse para volver a asumir, son diputados testimoniales”, cuestionó Patricia Bullrich (Unión por Todos). En los dos casos, además del costo político, tendrán que afrontar reclamos y presentaciones que preparan los opositores en sus distritos. “El artilugio va a manchar para siempre esta sesión”, la siguió Elisa Carrió, de la Coalición Cívica. Ante el discurso del radical Mario Negri, que habló de “diputruchos y maniobras oscuras”, Agustín Rossi –jefe del bloque oficialista– respondió a los gritos: “¡Son diputados que sacaron más votos que vos!”.
El kirchnerista Guillermo Carmona abrió el debate sobre el acuerdo. “Nos van a decir que es inconstitucional porque la comisión revisará lo actuado por la Justicia. Es falso, no lo dice la letra del tratado”, dijo. “El acuerdo debe ser rechazado, significa aceptar la acusación de Irán en el sentido de que la Argentina no garantiza imparcialidad y que nuestra Justicia no está buscando la verdad”, cuestionó el radical Ricardo Alfonsín. Para Carrió, “una Nación que entrega a sus ciudadanos y a sus víctimas no merece ser una Nación”.
“Un tibio canciller recibió la indicación de que Irán quería blanquearse. Si ha conversado dos años, qué poco ha logrado. Qué pobreza en la capacidad de negociación”, le dedicó Felipe Solá (Unión Peronista) al canciller Héctor Timerman. “Es imposible que a través del memorándum se juzgue a los acusados”, dijo Laura Alonso, del PRO.
“El acuerdo no garantiza justicia”, afirmó Jorge Yoma, un kirchnerista disidente. Y Margarita Stolbizer lanzó que “se somete la causa AMIA a una necesidad financiera y electoral”. Pino Solanas pidió desclasificar los archivos de la SIDE y afirmó que “este tratado viene a tapar la investigación seria que necesita realizar la Argentina sobre este atentado”.