PRENSA

Un museo resucita el pasado judío de Polonia

El rabino principal de Polonia recientemente develó un antiguo ladrillo hueco en el que se había grabado una sola letra hebrea, una adaptación de la mezuzá, el estuche para textos sagrados que los judíos colocan a la entrada de su casa como señal de su fe. El ladrillo procedía de un edificio de vecindad derribado en el gueto de Varsovia y hoy cuelga en el nuevo museo judío, donde sirve como símbolo de la relación entre judíos y polacos: compleja, sepultada y apenas renaciente. Los dignatarios que se reunieron en Varsovia el 19 de abril, día del septuagésimo aniversario del levantamiento del gueto de la ciudad, encontraron un Monumento a los Héroes del Gueto eclipsado por el Museo de la Historia de los Judíos Polacos, un símbolo de la metamorfosis de Varsovia de una oscura ciudad postcomunista a una floreciente capital centroeuropea. Los líderes cívicos creen que Polonia nunca vencerá sus traumas del siglo XX mientras no reconozca su pasado judío y el museo de 100 millones de dólares es considerado como un paso significativo en esa dirección. Aproximadamente 3,3 millones de judíos vivían en Polonia al inicio de la Segunda Guerra Mundial. El censo más reciente arrojó que 7.508 personas se identificaban como judíos en 2011, más que las 1.133 registradas en 2002.