El director venezolano Joel Novoa Schneider dijo ayer que «evalúa retirar de la cartelera venezolana» su opera prima «Esclavo de Dios», una historia alrededor del atentado de 1994 contra la AMIA-DAIA en Buenos Aires, por lo que considera un intento de censura «indirecta». Novoa señaló que las autoridades cinematográficas venezolanas obligan a pasar antes de la película, que fue estrenada el 28 de junio, un documental de 10 minutos sobre la causa palestina que confunde a los espectadores. «A los pocos minutos yo mismo he tenido que detener a la gente para que no salga del cine», dijo a los periodistas. «Nunca pretendí que la película se volviera algo político, sin embargo, ciertos grupos radicales la convirtieron en algo político», agregó. Novoa recalcó que el film es una «ficción» y que no pretende utilizar la religión para fines políticos, sino que es un llamado a la tolerancia. «Esto lo veo como una censura indirecta», agregó, diciendo que como el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía de Venezuela (CNAC) financió parte de la película, también obliga a proyectar el documental antes de la exhibición. Según Novoa, esto confunde a los asistentes a las salas, mientras que grupos afines al gobierno venezolano acusan a «Esclavo de Dios» de «favorecer intereses sionistas». La película es una coproducción con la Argentina (Aleph Media) y Uruguay (Lavorágine).
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