El artista alemán Jonathan Meese fue llevado a los Tribunales de ese país por haber hecho el saludo nazi dentro de una «performance» en junio de 2012, en un debate organizado por la revista Der Spiegel sobre el delirio de grandeza en el arte. En Alemania, el uso del saludo nazi está tipificado como delito por el Código Penal pero los abogados de Meese aseguran que el gesto está enmarcado en una obra de arte y no en una declaración política, apelando a la «libertad del arte» que garantiza la Constitución del país.
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