A raíz de su experiencia docente en el dictado de capacitaciones sobre Shoá dadas a jóvenes estudiantes universitarios de Neuquén y Río Negro, la secretaria de Derechos Individuales y Colectivos de la DAIA, Mirta Goldstein, arribó a las siguientes conclusiones.
¿Qué relatar a los Jóvenes ante el negacionismo y/o el desconocimiento? Esta pregunta me surgió a raíz de tener que dirigirme a jóvenes universitarios de varias provincias argentinas. Gracias a la oportunidad de dar clases pude conectarme con aquellos que viven realidades diferentes a las de la capital argentina, lugar donde sentimos que la información fluye y por lo tanto llega a todos.
En primer lugar llamó mi atención el verdadero interés político de estos muchachos y muchachas por los acontecimientos provinciales, paralelo a un desconocimiento de hechos relevantes de la historia del siglo XX.
Mis conferencias tenían que ver con la Shoá, tema especifico, por lo cual rápidamente comprendí que no era el negacionismo lo que primaba en ellos, sino desconocer los modos en que se gestó el nazismo y, sobre todo, los factores que condujeron a la aberrante solución final de los judíos.
La posibilidad de explicar que el nazismo no surgió espontáneamente en la cabeza de Hitler, sino que se fue configurando durante más de un siglo a partir de la confluencia ideológica de varios biopoderes del siglo 19, y a partir del discurso de muy diversos intelectuales y hombres de ciencia, me permitió abrir una comunicación empática con los estudiantes quienes rápidamente se refirieron a sus raíces en los pueblos originarios y a las masacres de los mismos, vivencias muy presentes hoy día todavía.
La experiencia de transmisión de la historia es siempre singular sobre todo si se la hace vivencialmente; en cada ocasión surge algo distinto que da comienzo al intercambio, pero creo importante conectar el pasado con el presente para que los testimonios puedan ser escuchados. Por esta razón elegí comenzar hablando de mi misma y de las determinaciones de la Segunda Guerra Mundial y la Shoá en mi propia experiencia de crecimiento y formación.
El Holocausto judío y sus consecuencias en las generaciones posteriores, ha ido variando con el paso del tiempo. En mi caso, haber nacido en el año 1948, me determinó singularmente ya que la creación del Estado de Israel y las imágenes de los niños de la Shoá y de los cuerpos de las víctimas, estuvieron siempre presentes en mi educación.
Quizás por ello me interesa transmitir una ética de la resistencia, de la memoria y del testimonio, la cual supone atravesar las épocas para dar cuenta de las estrategias discursivas utilizadas por los poderes para dominar a sus pueblos. Ver la historia desde el punto de vista de que la resistencia a la dominación y a la arbitrariedad es posible, supone incluirse en ella desde una óptica que no desconozca la repetición siempre factible de los hechos de lesa humanidad, por lo cual la Resistencia reclama constantemente justicia, igualdad de derechos ante las leyes y nunca más.