En el ataque más letal perpetrado en Rusia en los últimos dos años, un atacante suicida islamista de la región del Cáucaso mató ayer a por lo menos 16 personas al hacer estallar una carga explosiva en una estación de trenes de la ciudad de Volgogrado (la antigua Stalingrado), en el sur del país.
Se trató del segundo ataque mortal ocurrido en los últimos tres días, cuando falta poco más de un mes para que se celebren los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi, considerados una prueba de fuego para el presidente Vladimir Putin.
El atacante detonó su carga frente al detector de metales en la entrada principal de la estación Volgograd-1, indicó el Comité de Investigación federal. Imágenes de televisión mostraron una gran bola de fuego naranja en el salón principal de la estación y gran cantidad de humo saliendo por las ventanas del edificio. Volgogrado es uno de los principales nudos ferroviarios de Rusia.
Los reportes oficiales sobre la identidad del atacante fueron modificándose con el correr de las horas. En un primer momento, las autoridades lo identificaron como una mujer, islamista, proveniente de la república secesionista de Daguestán y viuda de dos militantes que habían sido asesinados por fuerzas rusas.
El modus operandi del ataque de ayer fue muy parecido al efectuado por una terrorista de la misma república norcaucásica, que hizo estallar una bomba en un ómnibus en octubre pasado también en Volgogrado. La bomba causó entonces siete muertos. La mujer era viuda de un miliciano fundamentalista abatido meses antes por la policía rusa. Las atacantes suicidas -conocidas como «viudas negras» debido a que algunas son familiares de insurgentes muertos- han perpetrado varios atentados en los últimos años.
Sin embargo, unas horas más tarde, el vocero del Comité de Investigación, Vladimir Markin, dijo que el atacante podría haber sido un hombre. Medios locales revelaron que las autoridades encontraron en el lugar el dedo de un hombre con la espoleta de una granada de mano. Además, según publicó la agencia Interfax, filmaciones de cámaras de seguridad del lugar apoyarían esta hipótesis.
»El sistema de seguridad en la estación impidió que el suicida entrara en la sala de espera, por lo que se evitó un mayor número de víctimas», dijo Markin. «Ahora estamos concentrados en escuchar a los testigos del crimen y establecer todas las circunstancias del ataque», agregó. Markin cifró en por lo menos 16 el número de muertos y en 30 el de heridos.
Entre los muertos se encuentran cuatro agentes de seguridad de la estación, que se encontraban registrando al atacante en el momento de la explosión. Según testigos presenciales, varias personas salieron despedidas a través de las ventanas por la fuerte explosión.
»Había personas en el suelo, gritando y pidiendo ayuda», dijo Alexander Koblyakov, un hombre que se encontraba en la estación en el momento de la explosión.
Ante la magnitud del atentado, se desplazaron a la estación el máximo responsable del Ministerio del Interior en Volgogrado, el teniente general Alexandr Kravchenko, y el representante del presidente Vladimir Putin en la región, Vladimir Ustinov.
Putin ordenó a las autoridades que tomen todas las medidas necesarias para reforzar la seguridad, informó un vocero del Kremlin, según la prensa local. Vladimir Kolesnikov, vocero de la policía local, dijo que se aumentará la seguridad en las estaciones de trenes y aeropuertos, con más oficiales en servicio y controles más estrictos.
Militantes islamistas en el norte del Cáucaso han perpetrado una serie de ataques desde que Putin llegó al poder, en 2000. Ahora representan el mayor desafío de seguridad y podrían perjudicar los Juegos Olímpicos que comienzan en la ciudad de Sochi dentro de 40 días.
El líder checheno Doku Umarov instó en julio a los activistas en un video online a que usaran «el máximo de sus fuerzas» para evitar que los Juegos Olímpicos se celebren en paz. «Podemos esperar más ataques similares», dijo ayer Alexei Filatov, segundo al mando de la asociación de veteranos de la unidad de elite antiterrorista ALFA.
Previamente al atentado de ayer, tres personas murieron el viernes tras la explosión de un coche bomba en las inmediaciones de la sede local del Ministerio del Interior en la ciudad sureña de Piatigorsk.
El de ayer fue el peor atentado desde enero de 2011, cuando insurgentes islamistas provocaron la muerte de 37 personas en un aeropuerto de Moscú.
LOS PEORES ATENTADOS DE LA ERA PUTIN
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