El relato una niña de 12 años que se ve obligada a camuflar su origen judío mientras convive con una familia que adhiere al régimen nazi sostiene la tensión dramática de «La niña y su doble», novela del escritor Alejandro Parisi, que toma como punto de partida un episodio verídico para reflexionar sobre la condición irreductible de la identidad. La experiencia de Nusia difiere de todas aquellas que desde Ana Frank en adelante han testimoniado el horror de la persecución nazi a los judíos y la proximidad con la muerte en los campos de exterminio: para esta niña de origen polaco, sobrevivir implicó camuflarse entre los genocidas y resistir en silencio las diatribas que se vanagloriaban del raid asesino. Rebautizada primero como Stanislawa y luego como Slawka, fue obligada a dejar su familia, su lengua y su identidad. A crecer lejos del cobijo materno, a llorar en secreto la desintegración de su mundo y a vivir la amenaza de que su verdadera filiación saliera a la luz y ya no hubiera forma de eludir una muerte sangrienta.
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