PRENSA

La chica judía que salvó su vida a costa de perder su identidad

Entre los 11 y los 17 años Nusia Stier, judía, polaca, fue Stanislawa –Slawa– Jendrus, católica, ucraniana. El cambio de nombre, religión y nacionalidad era la diferencia entre la vida y la muerte. En 1939, la ciudad en la que vivía, Lwow, fue invadida por los rusos que años antes habían matado a su familia materna y, dos años más tarde, por los nazis. Nusia consiguió el documento y adoptó la identidad de una chica de su edad que había fallecido. Para salvarla, su padre la llevó a un orfanato para niños ucranianos. Allí fue adoptada por la mujer de general Bezruchko, quien había participado de la muerte de judíos. Su madre adoptiva sólo se enteró de su verdadera identidad al terminar la guerra. Su padre biológico y su hermana murieron y ella se reencontró con su verdadera madre con quien viajó hacia la Argentina. Su historia fue recogida por el escritor Alejandro Parisi, quien la noveló sin apartarse nunca de los datos reales.