«Di no al racismo», decía el letrero de la FIFA en los estadios del Mundial de Fútbol en Brasil. El mensaje iba dirigido a Europa, donde los mismos jugadores de origen africano que militan con tanto éxito en equipos ingleses, italianos, belgas u holandeses, sufren acosos verbales y físicos. Pero es significativo y afortunado que ese fenómeno no ocurra tanto en América latina. La historia de América latina ha tenido sus propias instancias de racismo e intolerancia. Los argentinos prácticamente exterminaron a su población indígena y nuevas investigaciones revelan que incluso en Brasil, nuestro país más integrado (que no abolió la esclavitud sino hasta 1888), la población de raza negra enfrenta aún el prejuicio social y tiene muchas dificultades en alcanzar posiciones de poder económico o político. No obstante, el racismo a la manera europea -el racismo que no sólo maltrata y discrimina sino que persigue y, en última instancia, extermina a un grupo debido a su origen étnico- ha sido en América Latina más la excepción que la regla. Ver Nota Completa en: http://www.lanacion.com.ar/1718345-la-eleccion-moral-de-america-latina