El Papa Francisco es un imán que no distingue religiones, razas, creencias, nacionalidades ni etiqueta alguna. Así, el 1° de septiembre se reunirá, en el estadio Olímpico de Roma, buena parte de la crema futbolera del planeta. La ocasión será el Partido Interreligioso por la Paz, que el Santo Padre impulsó no sólo para multiplicar el mensaje explícito en el nombre, sino también con un fin solidario: recaudar fondos para Scholas Occurrentes, una red mundial de escuelas creada a pedido de Su Santidad, y para la Fundación Pupi, fundada y presidida por Javier Zanetti, quien se puso al frente de la organización del encuentro. Allí habrá 20 argentinos y nueve religiones distintas estarán representadas. Con mayoría de católicos, pero también habrá musulmanes , judíos, budistas, hinduistas, evangelistas, cristianos ortodoxos, un atleta de Cristo y hasta un jugador que profesa el Ásatrú, una religión con vertientes paganas del centro y norte de Europa.