El papa Francisco donó 100.000 euros a la Fundación Auschwitz-Birkenau que administra el museo del que fuera el mayor campo de concentración nazi y hoy es símbolo del Holocausto, situado en Oswiecim, sur de Polonia. Para el director del Museo, Piotr M.A. Cywinskiil, el apoyo que llega desde la Santa Sede es «una señal importante» porque reconoce «el rol fundamental de la memoria para el hombre contemporáneo». El secretario de Estado Vaticano, cardenal Pietro Parolin, escribió en la carta que acompaña la donación que «la suma no es grande porque nuestras posibilidades son limitadas, pero con ella queremos expresar el apoyo pleno para el proyecto realizado por la Fundación». Así, el Vaticano se transforma en el 31º país que contribuye al fondo perpetuo de 120 millones de euros impulsado por la Fundación Auschwitz-Birkenau para resolver el problema de los costos de mantenimiento del museo.