El gobernante partido Likud del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, logró una rotunda victoria en las elecciones del país según el recuento final del miércoles en una impactante remontada tras una ajustada carrera que había puesto en peligro su ya largo liderazgo. Con casi todos los votos escrutados, el Likud parecía haber obtenido 30 de los 120 escaños del parlamento, una posición cómoda para construir un gobierno de coalición con sus aliados nacionalistas, religiosos y judíos ultra ortodoxos. Las elecciones estaban ampliamente consideradas como un referendo sobre Netanyahu, que ha gobernado el país durante los últimos seis años. Sondeos recientes de opinión indicaban que estaba en problemas y atribuían una ligera ventaja al líder opositor Isaac Herzog, de la Unión Sionista. Los sondeos de salida habían reflejado un empate, pero cuando los resultados empezaron a llegar el miércoles por la mañana, el Likud dio un salto hacia delante. La Unión Sionista terminó con apenas 24 escaños.