Yohanan Gol mira la lápida de su tío con desconsuelo. Un enorme círculo negro carbonizado marca su tumba, restos de un incendio que ha borrado de la fecha de nacimiento y de fallecimiento. «Esta era la nueva lápida que había acabado de comprar para reemplazar la original que rompieron a pedazos», explicó. La tumba del tío de Gol se encuentra entre las decenas que se han sido víctimas de actos de vandalismo -ya sea destrozadas o ennegrecidas por el fuego- en los ataques a la sección judía afgana del cementerio del Monte de los Olivos, por parte de los palestinos de los barrios cercanos. Bolsas de plástico llenas de basura y pañales para bebés también fueron abandonadas sobre las lápidas.