La formación del nuevo Gobierno heleno pone de relieve el continuismo y el giro hacia la moderación por la que apostó el primer ministro Alexis Tsipras durante la campaña. Apenas hay cambios respecto a la composición del último Ejecutivo tras la división de Syriza, pero sí dos peculiaridades que han levantado los primeros recelos: el nombramiento de un antisemita, Dimitris Kammenos, como viceministro de Infraestructuras y Transportes, y la escasa presencia de mujeres. Kammenos, procedente de las filas de su socio de coalición, Griegos Independientes, ha publicado mensajes racistas, más propios de la extrema derecha, en las redes sociales. Uno de sus últimos posts fue una imagen retocada de la entrada del campo de concentración de Auschwitz, donde la frase Arbeit macht frei («El trabajo te hará libre») era sustituida por «Nos quedamos en Europa», un eslogan utilizado en protestas a favor de la permanencia en el euro. Kammenos también se preguntó en 2014 por qué el grupo neonazi Amanecer Dorado no impidió un «desgraciado desfile gay» en frente del Parlamento. O su defensa de las teorías de la conspiración en las que se cuestiona por qué los judíos no fueron a trabajar el 11-S a las Torres Gemelas.