PRENSA

Cuando llora el corazón. Por Victor Zajdenberg

Los mandatarios de varias potencias mundiales realizaron una unánime condena.‎
Estados Unidos: “Washington seguirá respaldando al gobierno y a la población en un ‎momento en el que enfrentamos juntos el flagelo del terrorismo”.‎
Rusia: “Lo que está ocurriendo es una insolente incursión terrorista y un intento de ‎desestabilizar la situación de un país amigo”.‎
Unión Europea: “El pueblo y todas las fuerzas políticas deben permanecer unidas ‎frente a los terroristas y contra todos los que intentan desestabilizar el país”.‎
Alemania: “Es un ataque directo contra la cohesión de la sociedad. Es un intento de ‎intimidación, un intento de propagar el miedo”.‎
‎¿Acaso están condenando los ataques de los terroristas palestinos contra civiles y ‎soldados israelíes en Jerusalem, Afula, Kyriat Arba y Cisjordania?‎
‎¿Es posible que se refieran a las decenas de acuchillamientos que ejecutan imberbes ‎palestinos a hombres, mujeres y niños que viven en el Estado Judío?‎
‎¿Quizás se trate de declaraciones efectuadas por los misiles que los criminales del ‎Hamas nuevamente comenzaron a disparar desde Gaza hacia las poblaciones vecinas ‎de Israel?‎
‎¿Se deberán a los disparos efectuados de noche en una autopista por palestinos ‎asesinos que han dejado a niños y niñas huérfanos de padre y madre?‎
‎¡Claro que no! Son comunicados realizados por el atentado en Turquía que ha dejado ‎más de cien kurdos muertos y muchos heridos que, por supuesto, merecen la mayor de ‎las condenas.‎
Pero la gran incógnita es ¿por qué un atentado en Turquía sí y cientos de ataques en ‎Israel no amerita el mismo tratamiento?‎
Los judíos asesinados en Israel ¿no requieren el mismo acompañamiento en el dolor, ‎en los sentimientos y en los derechos humanos? ‎
Por ello llora el corazón; no solo por los judíos muertos en los últimos atentados, sino ‎también por el olvido de aquellos que en los últimos dos mil años no solo han ‎abandonado a todo un pueblo, el Pueblo Judío, sino que además lo han perseguido, ‎degradado, humillado, asesinado, gaseado e incinerado en las cámaras de Auschwitz, ‎Treblinka, Sobibor, etc.‎
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DOS AMIGOS INTIMOS DE LA INFANCIA
He aquí un abreviado intercambio epistolar entre dos amigos íntimos, amigos de la ‎infancia, uno que vive en Israel y otro en la Argentina.‎
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Querido amigo Victor: Tengo la necesidad de volcar lo que siento en estos momentos. ‎
Las últimas semanas en Israel fueron y siguen siendo extremadamente violentas.‎
Los crímenes que fueron hechos por palestinos a civiles judíos en Jerusalem y los ‎alrededores, dejando huérfanos de padres a más de diez niños, mientras los árabes ‎que se encontraban en esos lugares miraban lo que ocurría sonriendo (todo está ‎fotografiado y documentado), da la pauta de que tendremos que seguir con el dedo en ‎el gatillo mucho tiempo más.‎
Y está la cuestión territorial. ¿Para qué necesitamos los barrios árabes con 250.000 ‎habitantes al otro lado del wadi en Jerusalem?‎
Personalmente estoy orgulloso de vivir en Israel. El país creció a pasos agigantados ‎durante años y está entre los países que más dieron a la humanidad.‎
Bueno, tendría todavía mucho para escribir; simplemente estoy muy triste con lo que ‎está sucediendo.‎
Tu amigo Arieh de Ashdod.‎
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Querido amigo Arieh: he recibido tu e-mail con profunda preocupación. Entiendo tu ‎estado de ánimo y el de toda la población israelí por los sucesos acaecidos en estas ‎últimas semanas.‎
Es difícil vivir en un clima de permanente angustia y tensión criminal. Y yo no soy ‎quien para tratar de explicar porque suceden estas cosas entre los seres humanos.‎
Lamento que mi familia y mis amigos en Israel sufran la violencia que describes con ‎precisión inobjetable.‎
Comprendo también las contradicciones, las dudas y los interrogantes que van ‎surgiendo con el desarrollo de los trágicos acontecimientos.‎
No obstante ello quiero decirte que en otras partes del mundo sucedieron y suceden ‎también inicuas tragedias creadas por diferentes grietas religiosas, territoriales, ‎ideológicas, psíquicas y étnicas.‎
Fíjate en Ucrania, Irak, Siria, Libia, Yemen, Nigeria, Afganistán, México, Colombia, ‎África, las balaceras en los Colegios norteamericanos  y en la propia e insegura ‎Argentina donde te asaltan, te roban y, como no es suficiente, te matan.‎
Y no estamos contando con lo que todavía puede llegar a suceder en Eurabia, en los ‎próximos años, con la invasión violenta y no violenta de los migrantes y refugiados ‎musulmanes.‎
Por ello, una cosa es analizar y tratar de contrarrestar preventivamente las ‎dificultades que se van presentando y otra es vivir con amargura permanente por algo ‎que no siempre se puede solucionar de inmediato.‎
Los Samuráis japoneses vivieron cientos de años guerreando entre ellos al servicio de ‎los Señores Feudales dejando en el camino cientos de miles de víctimas civiles. ‎
Europa tuvo numerosas guerras internas y externas: la de los 100 años, las de ‎Napoleón, la de Bismark, la 1ª. GM (20 millones de muertos) y la 2ª. GM (50 millones ‎de muertos). ‎
Mao Tse Tung provocó en China 80 millones de muertos y Pol Pot 2 millones en ‎Camboya.‎
En realidad debemos agradecer al Hashem (Dios) que Israel sea hoy un país fuerte y ‎tenga uno de los mejores ejércitos del mundo para defenderse y seguir teniendo la ‎esperanza bíblica siempre activa que espera, algún día, la llegada del Mashiaj ‎‎(Mesías) y pueda frenar esta orgía mundial organizada por los representantes en la ‎Tierra de la “maldad absoluta”.‎
Con el deseo para todos nosotros de vivir una vida plena, intensa y en paz, te abraza tu ‎amigo Victor de Buenos Aires.‎