Las autoridades del Congreso Judío Mundial y del Congreso Judío Latinoamericano que fueron recibidas por el papa Francisco en el Vaticano, a quien le entregaron una torta de miel («leicaj»), receta tradicional que acompaña el deseo de «un año dulce». «Las raíces del cristianismo son judías. Si un cristiano fuese antisemita estaría yendo en contra de sus propias raíces, por eso un cristiano no puede ser antisemita», expresó el Sumo Pontífice. Además, Francisco se refirió a los fundamentalismos que volvieron a aflorar en distintas partes del mundo: «Es el enemigo del diálogo y a su vez al fundamentalismo se lo combate con más diálogo». Al respecto, puso como ejemplo a la «experiencia de convivencia» que se vive en la Argentina. Más información.
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