PRENSA

Del silencio a la agresión, la discriminación crece

Maja Nenadovic viene de un país que desapareció. Salió a los 10 años de su casa empujada por la guerra en los Balcanes y con sus raíces, que hasta hacía poco eran naturalmente diversas, en pugna. Madre croata, padre serbio, una familia yugoslava era imposible que sobreviviera entre los escombros. Fue, entonces, que entendió lo que era ser refugiada y también la guerra y la discriminación. Veinticinco años después recorre el mundo para dar entrenamiento a estudiantes y profesores. Busca hacer algo para evitar las distintas formas de violencia. Lo que ve le preocupa, asegura. En todas partes aparece el silencio, la falta de comunicación, ese no ruido le recuerda el que precede a las balas: la discriminación. Más información.